Rodeado de gente y aún así me siento sólo...
Me gustaria tener ahora a alguién que me dijera qué escribir para sentirme mejor, que cualquier error cometido ya ni tiene valor alguno, pues el tiempo pasa... y parece que todo cambia, pero es mentira.
Nada cambia. Sigo siendo el mismo que cada noche mira el cielo con la esperanza de ver alguna estrella. El mismo que espera y espera, sin tener los cojones suficientes para hacer algo de verdad, para arriesgar todo lo que tenga, quiera o no quiera la recompensa.
La gente no cambia, la gente aprende. Aprende a callarse cuando es necesario, a sonreir cuando te necesitan para algo, a darte la espalda para cubrirselas. Como siempre, un juego... el juego de la hipocresía en el que la sonrisa mas falsa gana la partida.
Pero para mí, haberte abrazado en aquel amanecer, habría significado el fin del juego...
Pero la gente no cambia... sólo aprende.
martes, 17 de junio de 2008
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