jueves, 8 de mayo de 2008

Hasta los muertos se equivocan

"La posesión de la belleza y del conocimiento de la verdad conduce a la eternidad" Juan Ramón Jimenez

Perdona por tardar medio siglo en poder responderte, pero ya sabes viejo amigo, entre el más allá y el más aca uno se lia y acaba perdiendo el norte...

Quería decirte, que lo que dices no es cierto. Bonito pero incierto, algo parecido así a como es la verdad. La verdad no es que sea incierta, es que es tan fina como la arena de una playa (bueno, según que playas, por que al menos las de aquí, arena fina mas bien la justita). La verdad está muy fragmentada y es imposible encontrar una verdad absoluta. Durante algún tiempo intenté encontrarla, pero sin saber dónde descubrí esta verdad ciega. Esa que nadie ve, pues tan sólo es un granito de arena como todos los demás.

Igual que la belleza. Todo el mundo la desea, la venera y los agraciados que la poseen son admirados y adulados. Pero en verdad, la belleza no es importante, por que la belleza es de condición humana, al igual que las palabras y que el mismo ser humano. Todas ellas lucen y brillan con orgullo, pero solo durante un limitado periodo de tiempo. Después, como todo, se desvanece. Polvo somos y en polvo nos convertiremos...

Es por ello que no, ni con el conocimiento de la verdad ni la belleza conducen a la eternidad. Sólo terminan en una vida más, arrastrada por el viento del tiempo. La eternidad está ahí y solamente nos queda aceptarla. Aceptala, y échala al desierto de verdades, para que así pueda ser la verdad de alguién más.

El Espantapájaros de Acero

¿Porqué mis actos deben estar condicionados por gente qeu no me importa, y a la que no le importo una mierda?

¿Porqué debemos estar pendientes de unos ojos deficientes de estúpida gente a la que nisiquiera prestamos atención?

Y vuelvo a los viejos tiempos, en aquellos en los que estaba callado, para que no se rieran de mi. En los que cada pensamiento, acto o palabra que hacía se convertía en la burla de la semana.

Si hablo se rien. Si callo, me muero. Si pataleo, el juego se convierte en una simple parodia de yo contra el mundo entero... y me callo, sin que nadie sepa que por ello muero. Muere una parte de mi, por que mis palabras son violadas por el silencio, quebradas por el redil de los sueños, ese que hace que las palabras no puedas escapar hallá donde existen los besos.

Besos como los del Espantapajaros de Acero, que con una mirada dura me martillea el cerebro y con una sonrisa aparentemente hipócrita, me dice, que todo saldrá bien. Más, ¡el infierno se lo lleve, llevaba razón! Pero aún así, sólo el tiempo se la ha dado, y despues de tanto tiempo, por fín lo entiendo. Entiendo por que solo se le acercan los cuervos.

Si te muestras al mundo, con una sonrisa que nadie te puede quitar, te conviertes en el espantapájaros de acero, que hagas lo que hagas tú siempre, seguirás sonriendo.


martes, 6 de mayo de 2008

Esperando su Regreso

No sé que son, sólo se que se extienden...

Todavía me arrepiento de haber acatado aquellas malditas ordenes de diligentes sin más sentido común del de aparentar credibilidad ante los ojos pendientes de una diminuta grieta donde colarse. Malditos confederados... y pensar que hubo algún tiempo en que trabajé con ellos...

Trabajamos para ellos. Nosotros dos... juntos, por controlar lo que, quizás nuestra ignorancia o nuestro orgullo no nos hizo ver; eran incontrolables. Pero no sólo incontrolables, si no infinitamente superiores.

Se nos planteaba por fin un dilema largamente cuestionado...¿Quién podía más? Como siempre, el tiempo nos dió una respuesta, manchada de sangre de todos los colores.

Y me la arrebataron. O peor aún, devoraron hasta lo más profundo de su interior y dejaron su cascara vacía para que la vistiera otra cosa totalmente diferente. Algo que ni ellos mismos pudieron controlar. Pimero alimentas a la bestia, luego la enseñas a cazar y cuando el alimento escasea, acaba cazandote a ti.

Parece que el mismo destino se reía de nosotros cada vez que planeabamos algo para intentar evitarlo. Derrota tras derrota, nos van haciendo retroceder... pero ya no estamos sólos. Retrocedemos juntos, pero retrocedemos.

Y partimos reglas, antiguas diferencias y todo lo que nos hechan encima. Luchamos juntos y descubrimos que no importa de que color sea la sangre, que vamos a tener que derramar mucha para ganar.

El precio de lo que llamaron victoria fue muy alto. Pero no, no habíamos ganado, los habíamos parado... siguen ahí y tarde o temprano acabarían por volver a despertarse.

Y aquí sigo, sentado mientras desde el grueso crista espero a que de la inmensidad del espacio surja algo. A que vuelva, junto con todos los demás a reclamar todo. A que por fin se rompa el silencio y terminen de destrozar lo poco que dejaron.

A mirarla por un momento a los ojos, y decirle, que apesar de todo, aún la quiero...

Jim Raynor, Capitán de la Hyperion


lunes, 5 de mayo de 2008

Més iguals que diferents

Així va començar la carta que li vaig escriure farà ja temps a un bon amic. La veritat és que no sé perquè l’he acabat ara i perquè amb aquest títol... Em remeto al mateix de sempre com a resposta: paradoxes d’un món tan irracionals com les més profundes conviccions humanes.

Com la por. Por a allò diferent o al que no és com sempre veiem, sentim o creiem. No ho entenc, diuen que dos cossos idèntics reaccionen de forma idèntica a un mateix estímul. Però l’ésser humà no. Aquesta és la nostra benedicció i, a la vegada, la nostra maledicció, perquè simplement som únics

Aleshores... perquè volem unificar-nos? Com ovelletes a una mateixa cleda. Per què discriminar a aquelles que tenen les potetes més curtes, el pelatge més fosc o els ulls més brillants? No ho entenc... Com pot el color de la pell significar la diferència entre ser bèstia o humà? Segueixo sense entendre-ho... Com pot canviar tant una vida pel fet de néixer a un cantó del mar o a un altre? No ho entenc, però és que crec que no es pot entendre.
Simplement, que callin els profetes que van dir que el món moriria quan es vestís d’un altre color que no fos blanc, quan hi hagués heretges que estimessin el seu mateix sexe o persones de diferents llengües que tinguessin diferents conviccions sobre qui regna al cel.

Podran colpejar a un... però no podran colpejar el món sencer.

P.D: el texto está traducido al catalán con la ayuda de Solem (gracias tio ^^). Seguramente os preguntareis porqué en catalán... la respuesta no va demasiado hallá. Simplemente, debemos cambiar el punto de vista de las cosas, esforzarnos por cambiar e innovar. Suerte con la lectura del relato ;P