Ya terminé con esta mañana (que alguien me vendió diciendo que era noche) sólo, sin que nadie me desabroche estos pantalones que tengo ya tatuados. Así que toco la guitarra un rato y me mato con un cigarro para ver como el mundo, en su hipocresía, se vuelve a transformar.
jueves, 27 de junio de 2013
El teatro
Federico García Lorca
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