Despacio, la sangre fría se hiela entre las ropas rasgadas de un hombre que añora su hogar. Su cuerpo se muere mientras su alma rota aspira un último aliento de esperanza para alcanzar el escalón final de la gigantesca escalera.
Dentro... te espero.
Cuando alguién hace una promesa, vende una parte de su alma. Entonces empieza el camino que conlleva a la locura, a las nubes oscuras que hacen tronar los cielos y mojan el suelo... con tempestad.
Y tú, corazón vacío, te volverás tan oscuro como esa misma tormenta. Ostentarás un poder inmenso, arrasarás cada cimiento de los que te hicieron daño. Será entonces cuando habrás dado el primer paso de la gran escalera que te ha llevado hasta aquí.
Si alguna vez fuiste libre... mentiste. Nunca lo fuiste para mi.
Arrancaste la agonía de los hombres para cargarla sobre tus hombros. Cabalgaste a lomos de la mismísima Muerte y conseguiste doblegarla ante tus pies. No podías morir. No se puede matar, lo que ya está muerto.
Y entre medias del hielo, has descubierto por qué estás aquí; alma rota que me buscas eternamente, por cumplir tu promesa ya no soy parte de ti.
sábado, 26 de septiembre de 2009
jueves, 24 de septiembre de 2009
Perdido en el mar
Últimamente he notado que ando algo perdido. Vamos, lo normal entre un adolescente pre-universitario con tiempo libre y licencia de pobre.
Hace tiempo que dejé de inventar esas historias de grandes héroes que mueren por lo que ellos mismos son; héroes. Se van acabando las sonrisas apolilladas al cobijo de esta vieja pantalla, que como yo, no tira con su alma. He cobijado mis desvelos entre polvo y promesas, pero no puedo hacer nada más. No ahora. No donde estoy.
¿Dónde estoy? Por lugares oscuros, sin duda. Por esos lugares a los que crees que nunca vas a llegar, el final de la puta escalera en donde ya no puedes seguir subiendo. Ahora a llegado el momento de echarle huevos a la vida y tirarme de cabeza a este mar de incertidumbre donde las ideas pesan y si te dejas arrastrar, te ahogarán.
Antes de eso, no olvides respirar. Yo, ya lo he hecho.
Hace tiempo que dejé de inventar esas historias de grandes héroes que mueren por lo que ellos mismos son; héroes. Se van acabando las sonrisas apolilladas al cobijo de esta vieja pantalla, que como yo, no tira con su alma. He cobijado mis desvelos entre polvo y promesas, pero no puedo hacer nada más. No ahora. No donde estoy.
¿Dónde estoy? Por lugares oscuros, sin duda. Por esos lugares a los que crees que nunca vas a llegar, el final de la puta escalera en donde ya no puedes seguir subiendo. Ahora a llegado el momento de echarle huevos a la vida y tirarme de cabeza a este mar de incertidumbre donde las ideas pesan y si te dejas arrastrar, te ahogarán.
Antes de eso, no olvides respirar. Yo, ya lo he hecho.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
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