jueves, 18 de febrero de 2010

Manicomio

Cajón silencioso donde se esconde la locura, que se traga en pequeñas dosis cada cuatro horas. Cárcel de plumas que encadena el cuerpo y vuela la mente, transpirando recuerdos que a nadie pertenecían. Abrazo eterno de la soga inalcanzable que se esconde en ese cajón silencioso junto con todo lo demás. Nota falsa que nunca llega, verso sin vida que no puede nacer. Agua con agua, luz con sed; roza el suelo que araña el alma.

La desesperación emparedada entre algodones.