martes, 30 de diciembre de 2008

Un Poeta

Hace algún tiempo, para mi sólo existias una vez a la semana, una hora al día, los escasos segundos en los que sonreías cuando te hablaba, a los ojos de quien te quiere mil veces más que yo.

Él haría lo que fuera por ti, te protegería de las burlas, de los llantos, de la misma lluvia, del Sol y del viento. Él no enloquecería con tu silencio, intentaria ocupar su lugar con palabras simpáticas, amables, cariñosas.

Yo carezco de todo ello. Yo no tengo ningún paraguas con el que protegerte de la lluvia, ni puedo amedrentar al Sol para que se esconda tras la penumbra. 

Nisiquiera tengo un corazón que regalarte para decirte que te quiero, tan sólo tengo tiempo que gastar para buscar un sí, que en el fondo no quiero.

Pues soy lo que soy... y lo seguiré siendo.

Conversaciones con el Diablo

-¿Mereció la pena?

-Créeme, siempre mereció la pena, aunque mi cuerpo se enfrie y por la mañana esté taciturno, aunque por ello me ponga triste y llore por callejones oscuros, siempre merecerá la pena sentarme y escribir sobre ello, un cuento más que nadie se creerá, pero que al menos, vivirá mas que yo. Consuelo de necios, pero consuelo al fin y al cabo...

-¿Te consuela escribir?

-Vivir me consuela del saber que algún día moriré. Mas te diré una cosa, que cuando eso pase, te aseguro que no lloraré ni me amendentaré ante las puertas del infierno al saber que me esperas, pues como ya te he dicho, siempre mereció la pena.

Callejones Oscuros

No sueles mirar a la cara a los problemas hasta que lo tienes justo delante, desafiantes e impasibles, como un gran muro que espera ser escalado, pues al final todos los problemas forjan un laberinto que te termina por conduciar a callejones sin salida, callejones oscuros donde te aguarda un destino tan tenebroso como el lugar dónde después de muchos pasos has ido a parar.

Y entonces, cuando entre las sombras de la falsa noche empiezas a dislumbrar a un individuo, es cuando empiezas a mirar atrás, a tus lados, tus pasos, tus manos y tus pies. Sólo entonces tomas conciencia de quién eres y de qué estás dispuesto a dar por una nueva oportunidad.

Te das cuenta de lo que has perdido por el simple hecho de nunca haber sabido que lo tenias. En el fondo lo despreciabas,  no te importaba, se convirtió en ese regalo maltrecho a medioabrir que acaba en la basura junto con toda tu ilusión.

Y aunque nunca te paraste a pensarlo, aquello te daba esa libertad por la que tanto decías luchar. Te daba oportunidades que otros no tenían y tu lo despreciabas muentras seguías intentando encauzar tu vida hacia ese pasillo en el que te encuentras ahora.

Por eso estás aqui, caminante, a la espera de una nueva oportunidad para poder huir de esta malasombra. Vete si quieres, intenta curar tu libertad mientras agoniza por estas paredes. Apura tus últimos pasos, convéncete de ver el final del laberinto, la puerta brillante a una llanura despejada de todo macabro rompecabezas que turbe tu mente, donde ya no haya callejones oscuros donde te pueda emboscar.

Que sólo así descubrirás, que ya has muerto.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Inmortal

Que se pueda morir en un juego solo es la herencia de las recreativas de los 80 en las que morias para tener que volver a pagar.

Ubisoft


lunes, 15 de diciembre de 2008

El Enterrador

Tú, que hoy pides entrar en este cementerio para dar buen entierro a los muertos y un salario para tu vida y los que te rodean, piensa, que aunque cada noche profunda guardes tus herramientas, cojas tu abrigo y te marches, tarde o temprano volverás para siempre quedarte.

¿Ves esa tierra aún húmeda, con hierbajos y sin pisar? Tu trabajo consiste transformarla en el nuevo hogar del que ya se ha convertido en un corazón frío, vacío de sentimientos y de un sonido crispantemente monotono.

De mientras que lo haces, quizás veas llorar a algún familiar, algún alma rota vagando entre nuestras obras. Nunca les digas nada, pues no hay palabra alguna que pueda llenar ese hueco. No olvides que tu estás haciendo el lugar donde apartir de ahora reposará el que están llorando. Decirle que lo sientes mientras tu sigues cavando alegremente resulta una visión bastante macabra.

Pero ante todo, nunca sientas pena mientras entierras a alguién. Ya fuese ángel o diablo, todos acaban bajo tierra, metidos en un tarro o como alimento para los lobos. Algunos quizas merecieron su destino, otros simplemente lo adelantaron. La mayoría lo acepta, y quién se resiste, no hace si no negar la evidencia de que nada es eterno.

Y por ello, estás aqui, cavando tumbas alegremente mientras ves como la gente desaparece a tu alrededor. Hasta que un día, cuando la Luna muerta no mire, empiezarás a cavar sin darte cuenta de que no queda nadie más a tu alrededor. Entonces, entenderás por que elegiste entrar en este cementerio y porqué nunca saldrás de él.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Un lugar más feliz

Escribo de manera peculiar para algunos, interesante para otros, inteligible para todos menos para las personas correctas que, la verdad, nunca me leen.

Escribo versos libres, para así sentirme un poquito más libre. Por eso escribo, por eso me pongo a pensar sobre algo que no existe, pero persiste en mi cabeza durante algo más de tres segundos, tiempo que me dá para poder arrastrarlo a la soledad del papel.

Pero si se me escapa, el tiempo se me acaba y no lo consigo capturar en la lejania de mi memoria (esa que nunca consigo recordar) , me guiña el ojo como diciendome "volveré".

Y aquí estoy, sentado, esperando que se acuerde de su promesa no escrita y venga a contarme que fue de su vida, esa que estuve apunto de atrapar, pero que al final dejé libre para que creciera, sobreviviera y pudiera regresar para contarme todas esas historias que olvido cada mañana por culpa de ese maldito despertador.

Conclusión: El mundo seria un lugar mas feliz sin despertadores asesinos.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Hoy el día llora

Hoy el día llora.

Otro día que puedo estar junto a ti.

Pero tu haces lo que debes, lo mejor para nosotros, mientras yo impaciente espero al día siguiente para poder estar unidos de verdad. Nada de actuar delante de miradas marcadas por el interés ajeno, que caeran de lleno en la falsa educación de mirar hacia otro lado, cuando en verdad están comentando que vaya dos.  

Días iguales que siempre se repiten, se copian los unos a los otros, y poco a poco los veo pasar sin pena ni gloria. 

Quizás para alguién esos fueran grandes días, días que se hicieron recordar, o rememorar por actos del pasado que hicieron del presente mereciera la pena, que los sueños se cumplieran y que la esperanza no se rompiera la crisma contra el suelo, una vez más.

Pero cuando te vas, aun sabiendo que volverás, duele. No estoy echo para vivir sin ti, no estoy echo para aguardar delante de un muro sabiendo que no vendrás. No puedo esperar a la sombra de un telefonillo al compás de mis anillos fríos al no tenerte cerca. Mi cuerpo está calado y la lluvia no cesa.

Hoy el dia llora... hoy el día llora por saber, que no vendrás. 

lunes, 8 de diciembre de 2008

Espérame

No.

No.

¡No!

Otra vez no...

No te vayas.

No quiero que te vayas

¿Porque te vas?

Aún no es la hora.

Te has adelantado

Cada vez estas menos conmigo

No quiero que te vayas.

No te vayas.

¿Por que te vas?

Te necesito.

Necesito tu presencia cada dia, tu calor al alba, tu brillar en las mañanas.

No te vayas.

No quiero que te vayas.

¿Por que te vas?

Sé que es un pensamiento egoista, pero no puedo seguir así.

No puedo vivir viendote marchar cada día.

Aunque vuelvas para matar las noches frías.

No te vayas.

No quiero que te vayas.

Por favor... espérame.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Huyendo del mundo

Me despierto medio aletargado, casi como si mi mente hubiera sido despertada por el latir de mi corazón, que sí parecía recordar qué día era hoy. Apuro los últimos instantes de calor y me levanto. Un día tormentoso, un día en que el viento acaricia la carretera, un día para los locos… un día como otro cualquiera.

Y de repente, mi mente se pone a hacer lo típico de todos los días, sin siquiera mirar el calendario. Aún no me he dado cuenta, aún sigo narcotizado por los tragos de ayer. Hasta que, mientras hago como que estudio, levanto la cabeza del libro y miro el calendario maltrecho pegado en la pared…

Sábado, 29 de Noviembre del 2008. Lo tenía marcado y remarcado desde principio de mes. Ya había llegado, y con él, los recuerdos recortados del día de ayer. Sólo recordaba lo que le prometí. Sólo recordaba que me dormí para que el tiempo pasara más pronto.

Y tan pronto como este pasó, yo empecé a sonreír.

Me fui del calor vacío de mi hogar a por un Sol moribundo que cazar. Pero mientras el reloj daba vueltas, este se me iba escapando y ayudado por las nubes, no pude si no dejarle esconderse una vez más.

Y poco a poco, el frío me iba menguando. Mis manos apenas respondían y el viento, orgulloso, me tentaba para hacerme temblar. Pero lo que no sabía es que yo temblaba de ilusión, y aunque mis manos estuvieran frías, mi corazón se mantenía caliente.

Hasta que apareció por una esquina, tal y como había soñado. Pero observo que está hablando por el móvil. Al principió no me preocupé, podía esperar un poquito más, pero al observar quién estaba al otro lado del teléfono, la cosa cambió. El muchacho de la que ahora era mi muchacha exigía hablar conmigo. Qué remedio…

No hay nada como una buena amenaza para entrar en calor.

La conversación (si es que se le puede llamar así) terminó pronto. Y tan pronto como acabó, la cogí del brazo y nos fuimos por las calles más escondidas de la ciudad. Huyendo de la gente, huyendo de las luces, huyendo del mundo…

Sólo nosotros dos, antetodo y sobretodo.

Maneras de Vivir

Quiero engañar a la vigilante de tu boca
hacerle ver que toda palabra es poca
enseñarle de una vez qué es amar

Quiero callar tu mirada
quiero pasear con ella
perdernos entre las estrellas
y que escondidas, nos vean sonreir

Quiero hacerte feliz
de mil y una maneras
que matemos juntos la espera
que me mantuvo alejado de ti

Quiero seguir...
quiero vivir...
pero antetodo y sobretodo,
te quiero a ti

Foto por publicar

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Tocados por el Diablo

El mejor de los versos es el que nunca se ha escrito.



P.D: reto abiertamente a los lectores de mi blog a adivinar el por qué de este título. Como pista, fijaos en la imagen y 1/10 de vosotros quizás acierte. A los demás, suerte ^^

Caminando hacia un corazón

Ya no huyo de tus piernas de mujer, de tu aliento caliente en mi pecho, del brillo de tus ojos que me deslumbra más que el mismísimo Sol. 

De tus cantos de sirena, de las cadenas de mis deseos, de las noches de desvelos que terminaban con algún licor. 

De jugar a escondidas y del caer de tus mejillas si esa noche, no estoy allí. De la sonrisa que me copias y de las lagrimas que lloras mientras yo no te veo. 

De los sueños a medias, y de los horizontes que cruzar, mientras espero que al final, volvamos a estar unidos...

De los momentos vividos que no puedo recordar, ebrio de tu aliento en mi cuello y de tu saliva al hablar.

Ya no huyo, ahora sólo quiero estar frente a ti.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Cuestión de Prioridades

Yo no tengo versos con los que enamorarte, ni pilares de libros en los que decirte que te quiero.

Sólo soy un pobre de corazón. Rico de sueños. Afortunado por conocerte. Desdichado por quererte...

Alguna vez me viste mendigando amor, apostando sueños, quizás cosiendo los recuerdos que parchean mi corazón. Carezco de un horizonte que doblar, de un Sol del que esconderme. No tengo paraguas con el que protejerme, ni tampoco una canción que cantar. No guardo frases bonitas en mis labios, ni lágrimas en mis mejillas.

Soy incapaz de llorar tu silencio y de sostener tu mirada. No puedo enloquecer de nuevo, mi mente ya está caducada. He perdido mis sueños y debo montones de palabras. 

Para algunos, el fin, para mi... nada

sábado, 22 de noviembre de 2008

Espiritu Noble

En la lucha de mi sangre soy soldado...

En la lucha del espiritu soy rebelde contra la Iglesia que nos tuvo doblegados...

No tengo ni Dios ni amo pues mi corazón está lleno de amor y rebeldía, y mi espiritu salvaje galopa sobre el viento entre valles y montañas mientras reparte paz y alegría.

Manuel Chinato

viernes, 21 de noviembre de 2008

La misma herida, el mismo dolor

Ha pasado mucho tiempo...

Una vez más, os voy a contar mi historia. La misma historia de siempre, el mismo corazón roto. Sólo ha cambiado el rostro, el nombre y la tierra que piso. De nuevo, otra historia que nadie oirá de mis labios por que nadie la quiso escuchar.

Al menos nos quedan los recuerdos...

Mentira, no han exisistido. Se han ido disolviendo como castillos de arena en lo alto del mismo barranco donde, durante tantos años me he ido consumiendo. Gastado, agotado, seco y reseco de tanto llorar al tiempo, ese que me ha ido dando palos y que luego quisimos enjaular para que no se lo llevara el viento.

Pero el mismo tiempo enjaulado fue oxidando los barrotes que le hicimos y dolía tanto que hasta tu misma me arrancaste la llave de mi corazoncito, para que se fuera, para que volviera con el viento y volvieramos a nuestro cuento.

Pero ya era tarde, tus manos estaban manchadas y mi corazón negro.


sábado, 15 de noviembre de 2008

Fechas que no se olvidan

Quizás cuando te di esta carta te preguntaste que estaba haciendo, cuales eran mis intenciones o que me traía entre manos.

Hace algún tiempo hubiera sido así, pero bueno, la gente cambia, el tiempo pasa y al final todo se va a la mierda.

3 de Febrero, 1992. 

Es un día que no recuerdo. Trescientos sesenta y seis días y curiosamente aquel día apareciste tú. Justo cuando yo no estaba. Creciste distante a mi, dieciseis años sin saber de mi existencia y yo de tu presencia en este mundo.

Hasta después de haberte encontrado, todavia seguia buscando en atardeceres podridos, por que era imposible que alguién como tú estuviera destinado a alguién como yo.

El destino me falló una vez más y quién soy yo para pedirle explicaciones.

16/11/o8

Olas sin viento

Quizás tú, desconocido lector de viejo pergamino, tengas el suficiente valor para leer algo más de tres líneas antes de echar al fuego esta mentira, esta herejía ante los dioses y los hombres. 

Pero si una duda sobre ellos aún corroe tu interior y quieres descubrir algo más allá de la supuesta verdad, sigue leyendo, pues te contaré la historia de un hombre que dio su corazón al mar por un sueño...



P.D: bueno, seguramente os preguntareis: y ahora queeee? Bueno, este tipo de relato los llamo prólogos, son historias más largas, que abarcarian demasiado tiempo y esfuerzo. Por ello, dejo esta entradilla para si alguna vez me veo con fuerzas, escribir la historia completa, aunque para ello quede mucho tiempo... Hasta entonces, seguiré con mis relatos de poca monta y pocas lineas ^^

Un puñadito de buena voluntad

Cuentan que un joven marinero se echó a la mar picada con tan sólo un puñado de sal.

Apesar de que todos lo consideraban loco por salir entre la tempestad, el cogió su bote sin dudarlo un instante.

Pero el Dios de la voragne lo vió y castigó su osadia enviandolo al fondo del mar.

El pobre marinero se murió ahogado sin siquiera le preguntaran porqué hacia eso...

Nadie se atrevió a pensar en su buena voluntad de devolver el puñadito de más que el mar le había dado. 

Y es que aveces, hasta un Dios se puede equivocar.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Mis últimos versos contigo

Me alegro de no haberme escondido
cuando te veía en los rincones del foro
de no haberme curado las heridas
que después me curaste 
cuando dejaste de ser... una desconocida.

Que lo que rima con nada
es hada, que vuela como las balas
entre las dunas dónde se esconde la Luna
y, ¿que es si no la Luna lo que tengo presente
y más pendiente de querer que nadie?

Rimar es fácil, 
difícil es tener con quién rimar
alguien que te pueda arropar
en una camita de cristal cada noche
Sin más derroche
que el calor que palpita
que habita entre mis costillas y huesos
que se convierten tropiezos
cuando quieres llegar a mi corazón.

Rico de corazón es aquel que disfruta de tu presencia
y maldice a voces al que bebe de tu esencia
sin más delincuencia que la de llevarse tus besos,
besos de esos que nunca se pagan,
sólo se acaban a la vez que el tiempo
las sonrisas y las palabras...

Pues no las necesito,
por que las palabras se quedan en nada
con el simple resplandor de tu mirada
que calla hasta la mayor de las multitudes
todos distintos pero con similitudes:
te quieren, te adoran, te aman y te lloran
pero hay algo que nunca logran...
y es que yo, te hago sonreir.

Más te diré una cosa, 
que da igual cuanto tiempo pase
cuantas olas rompan montones
de horas, minutos y segundos
que yo los secundo si hiciera falta
en linea recta y directo a la meta
ya sea por mar o por la tierra llena de betas,
que da igual lo que digan
yo siempre seré... tu poeta.

martes, 4 de noviembre de 2008

El Médico Prodigioso

Hace muchos años vivía en una humilde cabaña un pobre campesino cargado de hijos.

Pasaba los días de sol a sol trabajando sus tierras para poder alimentar a su familia. Pero las tierras eran tan pobres como el hombre que las cuidaba y apenas si daban frutos.

Un día igual que todos los días, el hombre trabajaba la tierra ayudado por sus hijos. Aquel año la cosecha había sido tan mala que no podían permitirse más lujos que un mendrugo de pan duro al día y, los días de fiesta, gachas de harina y agua. De la cabaña llegó el llanto de un recién nacido. El campesino acababa de tener otro hijo, el que hacía el número trece.

Por primera vez en su vida, la llegada de un nuevo hijo no alegró su corazón. ¿Cómo iba a alimentar al nuevo si no tenía para dar de comer a los otros doce? ¿Qué iba a ser de aquel pobre desgraciado?

Sus hermanos lloraban desesperadamente:
-¡Tengo hambre! ¡Quiero comer! - decían los más pequeños.
Los mayores se acercaron:
-¿Por qué gritáis así? ¿No veis que preocupáis a nuestro padre? El hace todo lo que puede. ¡Callad!

El campesino no podía soportar ver aquellos y decidió dar un paseo por el bosque. La sombra y el frescor de los árboles lograban calmarlo y hacerlo olvidar sus penas. "¡Pobre de mí! ¡Y el pobre niño que acaba de nacer! ¿Por qué no habrá venido al mundo en una familia menos pobre? Me sentiría mejor si alguién pudiera hacerse cargo de mi hijo y le pudiera dar una vida mejor" decía el campesino ahora que sus hijos no podían escucharle.

-Yo puedo hacerlo- se oyó una voz a sus espaldas.

El campesino se volvió: allí estaba un hombre cubierto con una capa negra y tocado con un sombrero negro. En la mano llevaba una guadaña. El campesino hubiera jurado que un minuto antes, allí no había nadie.

-¿Y tú quién eres?- preguntó.
-¿Acaso no lo sabes? Soy la Muerte.
-¡La Muerte! Ah, ya comprendo... ¡Vienes a ocuparte de mi!
-Si, y también de tu hijo, si tú me lo permites.-respondió la Muerte con una sonrisa.
-¡Nunca! No te llevarás a mi hijo. Tendrá una vida triste, pero es una vida al fin y al cabo.
-No estés tan seguro... ¿No soy yo acaso una persona justa¿ Yo no hago distinciones entre los ricos y los pobres: para mí todos son iguales, puedes confiar en mí.

El hombre pensó que la Muerte decía la verdad. ¿Por qué no probar suerte? La vida ya tenía pocas cosas que ofrecerle a él, en cambio su hijo tenía toda una vida por delante. Y si la muerte decidía ayudarle, quizá lograra ser feliz.

-¿Me prometes que le ayudarás a ser feliz? ¿Me prometes que no pasará hambre?
-Te lo prometo- dijo la Muerte.
-Entonces dispón de mi.- y dicho esto, la Muerte se acercó al campesino, le rodeó con sus brazos y el hombre cayó al suelo, como fulminado por un rayo.

Han pasado los años. En la misma cabaña en la que antes vivía una familia de campesinos, llena de niños que lloraban y pedían comida, vive ahora sólo un muchacho. Trabaja la tierra como la que trabajaban su padre y sus hermanos, y la tierra sigue siendo muy poco generosa a la hora de dar sus frutos.

Estaba el joven labrando la tierra cuando una nube de polvo se levantó en el camino y fue acercandose a donde el campesino estaba. Cuando llegó a su lado, vio una lujosa carroza llena de jóvenes alegres que parecían ir a alguna fiesta. Reían y cantaban y no parecían tener ninguna preocupación. el sonido de sus risas acompañó al muchacho hasta mucho después de que la carroza hubiera desaparecido en un recodo del camino.

-¡Como envidio a esos jóvenes felices! ¿Por qué seré yo tan pobre?
-No lo serás por mucho tiempo- dijo una misteriosa voz.

El joven miró asustado a todas partes. Ante él se hallaba una figura alta y delgada, toda vestida de negro con una guadaña en una mano. Le sonreía.

-¿Quién eres?
-Me conoces muy bien: soy la Muerte.
-La Muerte, sí - respondió el joven sin el menor temor.- Te conozco muy bien. Tu te llevate a mis padres, mis hermanos y mis hermanas. ¿Que quieres ahora? No me das ningún miedo.
-No pretendo asustarte ni llevarte conmigo. He venido para ayudarte.
-¿Ayudarme? ¿Tú?
-Si, se lo prometí a tu padre. Le prometí que te haría rico y feliz y he venido para cumplir mi promesa. Dime, ¿qué quieres ser?
-Quiero ser médico.
-¿Médico? Extraña idea... ¿no prefieres ser simplemente rico?
-No, quiero ser médico. Si hubieramos tenido algún médico cerca, mis padres y mis hermanos ni hubieran muerto.
-¿Eso crees? Me parece que te equivocas pero allá tú. Si quieres ser médico, que así sea. Toma esta hierba; es mágica. Cuando vayas a ver a un enfermo, prepara una infusión con ella y dásela a beber. El enfermo se curará.

Pero no olvides lo que voy a decirte ahora - añadió la Muerte.-... es muy importante. Sólo podrás dar la infusión que salva a los enfermos cuando me veas en la cabecera de la cama. No lo olvides; en la cabecera. Por el contrario, si me ves a los pies de la cama, no te molestes en suministrar ningún remedio. Di simplemente que el enfermo no tiene cura, que te han llamado demasiado tarde y vete. Este es el pacto y debes cumplirlo si quieres que todo vaya bien. Si intentas dar la hierba mágica a alguién que debe morir, lo lamentarás. ¡Nunca puedes ir encontra de mi voluntad! Y recuerda: sólo tu serás capaz de verme.

La Muerte dejó en sus manos la hierba mágica y desapareció.

Todo sucedió tal como la Muerte había dicho. El joven campesino se convirtió en un médico famoso. Todos alababan su sabiduría y se hizo rico. Al cabo de un tiempo se fue a vivir a una lujosa casa de la ciudad y se trasladaba de un lugar a otro en una carroza conducida por un sirviente.

Nada complacía más al joven doctor que llegar junto al lecho de un enfermo y ver que la Muerte estaba a su cabecera. Tranquilizaba entonces a sus desconsolados familiares, preparaba la poción mágica, se la suministraba al enfermo y esperaba confiado a que surgieran sus mágicos efectos. El enfermo era curado y él recibia aliviado el pago de sus servicios y se retiraba en medio de palabras de agradecimiento y de elogio.

En esos momentos, se sentía verdaderamente feliz...

Pero el joven médico sufría mucho cuando al entrar en la habitación del enfermo, la Muerte estaba a los pies de la cama y sabía que nada podía hacerse.

Un día fue llamado a casa de un pobre enfermo lleno de hijos. Al entrar, los hijos estaba llorando. El joven les tranquilizó: la Muerte no querría dejar sólos a unos pobres e inocentes niños. Preparó la infusión mágica y acudió con ella a la habitación del enfermo. Entró confiado, buscando a la Muerte en la cabecera de la cama, pero no estaba allí si no a los pies de la cama. Desafiante, el médico se dirigió hacia el enfermo con la bebida.

-Detente- le dijo la Muerte- ¿Es que has olvidado mis palabras? Vamos, diles que no hay salvación, que nada se puede hacer ya.

El médico arrojó la taza al suelo y salió de la casa gritando que no hay salvación posible, que nada se podia hacer. Nunca olvidaría los lloros de los hijos alrededor de la cama del padre moribundo.

Pasaron los días y los meses y la fama del médico fue en aumento, y con ella, su riqueza. Se decía que era capaz de curar a los enfermos más graves dandoles una medicina mágica, pero también se decía en voz baja que cuando pronosticaba la muerte, nada podía hacerse por el enfermo. Todos contemplaban al médico con admiración, respeto y hasta cierto temor.

Sin embargo, el joven doctor no era feliz.

Sucedia que la Muerte no era tan justa como a él le hubiera gustado. ¿Por qué hacer morir a niños inocentes, madres atribuladas que dejaban abandonados a su triste suerte a sus desgraciados hijos, a padres que eran el único sustengo de su hogar?

Un día, el médico deseó por primera vez morir él en vez de su paciente. Había sido llamado para curar a una mujer hermosa, con el rostro consumido por el dolor. No era la enfermedad lo que le hacía sufrir de ese modo, el médico lo compredió en seguida, si no la suerte de su hijito, un precioso niño de pocos meses que descansaba en una cuna. Vivían solos y nadie iba a poder atender al pequeño.

Cuando entró en la habitación no se atrevia a levantar la mirada. Al fin lo hizo. Miro primero a la cabecera, con esperanza. La Muerte no estaba. Miró después a los pies, con temor: allí estaba la Muerte. El médico echó a correr, sin siquiera mirar los pobres ahorros que iban a ser suyos por salvar a aquella pobre desgraciada.

Un día mas tarde, fue llamado a la casa de un viejo usurero, el más avaro de la ciudad. Todos le odiaban por que a nadie perdonaba. El viejo gritaba y maldecía en su cama, llamado al doctor.

-Debe salvarme doctor, debe salvarme! Todos quieren mi muerte para arrebatarme mis riquezas; le daré lo que quiera si me salva.

La rabia invadia al médico mientras miraba a la Muerte que le sonreía desde la cabecera de la cama, silenciosa e invisible, como siempre. Dio al enfermo la medicina y abandonó la casa sin coger ni un céntimo del dinero que el viejo avaro le ofrecía.

En su mansión le esperaba la Muerte.

-¿Por que llegas tan malhumorado?- pregunto al ver que el joven arrojaba el maletín al suelo y se sentaba con la cabeza entre las manos.
-¡Un doctor que no puede salvar a sus enfermos no es un doctor! No quiero seguir tu juego, no quiero tus riquezas, ¡se acabó!
-¿Entonces vas a dejar morir a quienes podrías salvar con mi hierba mágica? ¡Buen doctor eres tú!
-¡Te odio!- gritó el joven médico, viendo que nada podía contra la Muerte.- ¡No quiero tus riquezas!
-No puedo evitar hacerte rico, se lo prometí a tu padre y mis promesas son sagradas. Pero tú puedes hacer con tu dinero lo que quieras. Y ahora debo irme, tengo otros muchos asuntos que atender además de los tuyos. ¿Seguiremos colaborando?

El médico nisiquiera se molestó en responder, apensumbrado. La respuesta no estaba en sus manos, no podía evitarlo.

Un día la carroza del palacio real se detuvo ante su casa. Descendieron dos siervos y abrieron la puerta del mayordomo del rey. Le dijeron que el rey estaba muy enfermo y que si le curaba le otorgarían el titulo de Barón. El médico no se lo pensó dos veces: el rey era una buena persona, justa y sabia. El reino aún lo necesitaba, no podía haber llegado su hora. Y una vez tuviera el titulo de Barón podría retirarse y olvidarse de la voluntad de la Muerte ante los enfermos. 

El mayordomo le condujo a la habitación del rey. Entraron y el médico creyó desmayarse cuando vió a la Muerte en los pies de la cama. ¿Cómo era posible? Se trataba del rey, de un buen rey, ¿por qué la Muerte era así de cruel? 

Los mayordomos le miraban con expentación. El rey gemía en su lecho. Entonces, el médico se dirigió a los nobles y les dijo con voz solemne que le acompañaran para decirles algo.

"Buen chico", pensó la Muerte. "Aprende rápido. Ahora les dirá que lo siente mucho, que no hay nada que hacer, que ya es demasiado tarde." Complacida, la Muerte se frotó las manos.

Pero no era eso lo que el joven les dijo.

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En proceso

lunes, 3 de noviembre de 2008

Condenado a ser feliz

La felicidad no es algo que exista.

La gente se empeña y empeña en ser feliz sin ver que la felicidad no es algo que se pueda comprar y guardar en el fondo del armario.

La felicidad es como el viento, que viene y va, siempre libre. Por eso queremos ser libres, por que queremos ser como la felicidad, feliz en si misma y libre de las cadenas que nos atan a nosotros al suelo. 

Pero hasta un encadenado puede ser feliz, por que si se ata a un sueño, un proposito, una ilusión, la felicidad se encadena con él para que la voluntad no se oxide. 

Soy feliz por saber que tu estás ahí... aunque yo esté aqui, condenado a ser feliz.

domingo, 26 de octubre de 2008

Insensibles

Cuando el reloj se para, al final todo se vuelven palabras que otorgamos al tiempo, esperando que algún dia el Sol las vea y las convierta en algo mejor , sin pensar que la Luna también las ve, y llora por nunca nunca nadie se las dió...

Tejedora de sueños

Dices conocerme, pero no hay verdad en tus palabras.

Dices quererme, pero cuando lo haces no brilla tu mirada.

Dices ayudarme, pero sigo llorando entre sabanas.

Conóceme, quiéreme, ayúdame... son palabras que ya han perdido todo su sentido, pues en este sin sentido en dónde nos encontramos toda palabra ha muerto, tan sólo las lágrimas han vuelto y se deslizan por tu mejilla a la misma vez que mi pluma.

No te culpes, no me culpes. Nosotros sólo queríamos ser felices en un mundo donde simplemente, estuvieramos juntos, sin ver qeu nuestro mundo se quebró, que fue asediado por la duda y el dolor y finalmente arrasador por un dictador, ese que se esconde en pesadillas de amor y que torna a negro el corazón.

Nos separaron y ahora, solo podemos mirarnos desde la distancia de tu balcón, mientras espero que tejas una tela para subir por ella  y volver a estar juntos...

Y recuperar nuestro mundo.

lunes, 20 de octubre de 2008

La verdad mata

Tengo miedo.

Siempre a estado ahí, presente. 

Según algunos, ese miedo no existia hasta que lo hice patente. Hasta que lo descubrí y me pregunté el porqué estaba allí, el porqué existía y el porqué tenia que vivir con él. Siempre agarrado a mi pecho, al principio me mantenía inmóvil como una estatua de carne, mirando hacia un infinito que sólo podía soñar. Me lo mostraba sin más y me hacía soltar bocanadas de frustración y de rencor a que nunca podría hacer nada sin él. A que si por algo seguía allí era por que él me había mostrado que no podía, y eso era lo que me mantenía con vida.

Me protegia ante lo que desconocia y yo, simplemente era feliz.

Lo necesitaba, formaba parte de mi. Estaba tan dentro de mi corazón como lo estuvieron las pocas personas que han ido pasando por mi existencia. Pero a la vez mi existencia no fue más que una forma de decir que ese miedo seguía allí. Seguía latente y presente, me mantenía al borde del precipicio entre la feliz seguridad del vivir sin más y me ensordecía de la extraña melodía de sirenas que me incitaba a saltar a ese basto infinito y comprobar si alguna vez fue realidad que nada es infinito, si no que es tan sólo un porquesí que debemos erradicar de la manera mas contundente de todas: con verdad. 

La verdad mata la ignorancia y fue ella quien me mató a mi.

sábado, 18 de octubre de 2008

Entre Sabanas

No puedo prometerte estrellas
pero si contemplarlas junto a ti
no puedo prometerte la Luna
no tengo opciones ninguna...

No puedo prometerte el Sol
pero te daré calor
el necesario para mantenernos
encendidos...

Todo esto contigo...
Niña, mujer, compañera y más
Todo esto contigo...
mi dulce causa, mi feliz condena

Nuestro reino es esta cama
y no nos van a echar de él
no queremos de nadie nada
cerremos la puerta y tiremos la llave

Nosotros dos, risas palabras
y un monton de besos
es todo cuanto tenemos y
no queremos de nadie nada

Sólo perdenos... entre sabanas

Sinkope - Vito Íñiguez

martes, 14 de octubre de 2008

Amor de Poeta

Un poeta es un cantante sin voz
sin un corazón que dar
sin una sonrisa que regalar.

Tan sólo ofrece páginas en blanco
para que alguién pueda asustar el llanto
escondido en su interior.

Ese que te va corroyendo por dentro
ese que al principio, causa temor
ese que algunos llaman sentimiento
y que algún poeta, quiso llamar amor.


lunes, 6 de octubre de 2008

Cuando la esperanza arde

No quiero.

Olvidar las penas con garrafas para que luego vuelvan vestidas con palabras.

No quiero.

Que se marchen todos, que sólo se queden los que nunca me hicieron daño, los que nunca me juzgaron, se rieron de mi o me hicieron escribir mil y un versos para poder seguir adelante. Que se callen, nunca les pedí que hablaran, hacian su voluntad y a mi no me importaba, pero quiebran mis alientos de esperanza con risas malditas que me matan. Me van matando por dentro, pudriendome de negro, de rencor, de ira, de miedo a que nunca pueda ver una sonrisa en el espejo desdentado del lavabo.

No quiero.

Seguir fingiendo que los quiero, que ese afecto que alguna vez me mostraron aún lo siento caliente dentro de mi. Ellos olvidaron, pero yo sigo recordando que fueron, sin querer ver que han cambiado. Esas personas murieron, igual que lo hice yo hará tiempo. Ahora somos desconocidos con los mismos rostros algo mas viejos. Pero ellos aprendieron, a adaptarse a un mundo que entre todos hicieron.

Maldito mundo de mentiras, de agonias con sabores, colores y suspiros. Endulzamos la vida con una sonrisa maquillada en un rostro que solamente quiere palabras. Unas que me hagan sentir bien, dichas en la boca de alguien. Pero yo no tengo a nadie que me pueda dar esas palabras, asi que las escribo con la unica esperanza de que alguna vez, alguien las diga. No a mi, si no a la persona que crean correcta, porque así al menos sé que un pedazito de mi seguira vivo dentro de ellos.

El resto, se ha quemado entre sonrisas falsas, chupitos y desgracias.

martes, 23 de septiembre de 2008

No te miento

No te quiero decepcionar, pero la verdad es que no tengo nada que escribir.

No hay nada que escribir, por que todo lo que tengo que decirte, te lo quiero decir cara a cara. Nada de cartas, nada de palabras, nada de caritas sonrientes cuando no sepa que decir.

Tiempo al tiempo y las palabras... que se las llevé el viento.

Yo tán solo quiero demostrarte que no te miento. Quiero enseñarte que esos ojos pueden deslumbrar a todo aquel que se pose a mirarlos. Que cuando tus labios se quedan callados, ellos me miran y me hacen sentir algo.

Algo que hacía mucho que no sentía, que había olvidado mientras miraba con la vista perdida en todos mis recuerdos profanos. Sueños en los que la Luna no se vestia, y una leve brisa nos transportaba por la lejania hacia todos esos lugares que soñamos.

Ojalá fueras un hada y pudieras volar...

domingo, 21 de septiembre de 2008

Una brisa distinta

Hoy muere el verano.

Todo por lo que he estado luchando durante todo este año, se acaba dentro de unas horas. Se acabaron las noches con luna. Se acabaron las tardes en las que el Sol vagueaba para desfilar por el horizonte. Se acabaron los amores... a media jornada.

Una brisa distinta acompaña al viento. El tiempo cambia su estilo. Ahora es mas oscuro, mas intranquilo. El cielo azul se desvanece por nubes que parecen tener mal día, nos miran y nos empiezan a gritar.

Y yo, ahí tirado mirandolas, es cuando sé que ya me tengo que poner en marcha. Que me toca de nuevo empezar, ponerme de nuevo a currar. Nada es eterno, nisiquiera el cielo. Sé que algun día se romperá y entonces aparecerá ese Dios que nadie a visto. Y entonces, saldaremos cuentas.

Pero hasta entonces, sigo un camino. Uno que digo hacer mio. Al principio me llevaban, luego fui gateando, andando... Durante un tiempo estuve corriendo y por eso no sabia muy bien a donde iba. No me paraba en saludar a la gente que andaba conmigo. Los adelantaba, me creia mas listo. Era el mejor, el mas rápido.

Hasta que llegó el resbalón.

El suelo estaba blando por la lluvia, o a lo mejor es que ya había aprendido a caer. Me levantaba, abrazado por el barro, con el corazón palpitando y la respiración alborotada... Me volvía a caer a cada pocos pasos, no podía seguir andando. Me faltaba el aliento, las ganas, el empeño de seguir adelante pasara lo que pasase.

Entonces surgió de la nada, entre la tromba de agua que me golpeaba constantemente. Su pelo estaba empapado, su vestido manchado, pero su rostro se mantenía con esa sonrisa imperturbable.

Me levanto con manos frágiles. Mi cuerpo apenas ya me pesaba, y aunque mi corazón seguía palpitando al ritmo de la lluvia, pude alzar la vista y ver que sonreía. Su sonrisa me dió fuerzas.

Sus labios... esperanza.


jueves, 18 de septiembre de 2008

Conversaciones con el Diablo

-Teneis dos caminos, o escoges uno o escoges el otro.

-Si sólo hay dos caminos, haremos uno más. Vivir de verdad no consiste en hacer todo lo que quieras, si no en hacerlo aunque todos te digan que no por que crees que es lo correcto,y si fallas admitir que has fallado, pero teniendo siempre presente que lo volverás a intentar.

martes, 16 de septiembre de 2008

Hijos de la Guerra

Despues de una década... la guerra continúa.

La tierra ya está consumida, los arboles muertos y el cielo marchito. Antes era tan azul, tan... bonito.

Pero con el tiempo, uno aprende a que si nace en una guerra, su destino es acabar en ella.

Nací cuando la guerra entre Brujos y los Hombres de Dios apenas había empezado. Yo estaba allí cuando ví como Astaeredon sucumbía ante huesos animados en una burla a la cordura. Se oía el chocar de espadas amigas entre sí, de escudos con los mismos emblemas. Los mismos muertos que habian jurado proteger la ciudad, se levantaban para destruirla.

Fue una carnicería. Los pocos supervivientes fueron un grupo de niños lo suficientemente hábil para no perderse por las catacumbas de la ciudad. Entre ellos, me encontraba yo, junto con mi hermano pequeño. Todo el resto de mi familia... quedó atrás.

Y fue pasando el tiempo al cobijo del Bosque de los Dioses, el único lugar dónde las fuerzas de los Brujos habían fallado. Había algo mágico en aquel lugar, algo que nos impulsaba a mantenernos firmes, a seguir luchando... El día que nos despedimos de él, dejamos de partir como los niños de Astaeredon.

Ahora eramos lo que siempre fuimos, los Hijos de la Guerra.

Y como tales, partimos a su encuentro. Durante el camino perdimos a muchos. Caían con honor, luchando y dando su vida por una ilusión... pero morían de todos modos, fueran buenos amigos, caras conocidas o el último de nuestros familiares. Todos sabíamos que ibamos a morir. Era la guerra, nadie dijo que fuera bonita. Nadie dijo directamente nada.

Pero ahora que soy el último de todos, el que estaba destinado a estar allí, el calor de mis amigos, mi gente, mi tierra ya se había desvanecido entre las corruptas tierras brujas.

Estaba allí de pie, delante de su Trono, mientras veía como sus secuaces hacían su trabajo. Una sonrisa surcaba su chupado rostro mientras con una mano se mecia la barba. Dió unos pasos ante mi y todos sus lacayos se separaron, entendiendo que su señor quería admirar a su presa momentos antes de darle el golpe final.

Estaba acabado. Durante un momento, me sentí acabado, hasta que, por encima del dolor, la rabia y el odio que sentia por dentro, noté que todavia empuñaba mi lanza. La Lanza del Atardecer, el único recuerdo de mi padre, que tuve que cojer yo mismo de las murallas donde fue colgado. Al sentirla, sentir que apesar de todo, aún se mantenia firme, rigida, afilada... supe lo que tenía que hacer.

Me levanté ante los ojos del nigromante. Me puse enfrente suya, mientras este me miraba con curiosidad. Le mantuve la mirada mientras vociferaba conjuros extraños. Le miraba aún cuando la mismísima Muerte abrió las puertas del infierno para ir a darme caza, y cuando en gritos de agonia, esta se avalanzó contra mi.

Le miraba aún cuando ambos estabamos tirados en el suelo, sangrantes de odio, y le habría seguido mirando durante toda la eternidad. Nunca olvidaría esos ojos de miedos al ver que lo que debía ser ya un muerto, le había atravesado el pecho.

La guerra acaba cuando el hijo entierra al padre, aunque aveces para ello, necesite su propia vida.

domingo, 14 de septiembre de 2008

A nadie le Importa

"El otro día vinieron a llevarse a un judío; pero como yo no soy judío, no me importó. Ayer vinieron a por un disidente; pero como yo no lo soy, no me importó. Hoy vienen a por mí, y a nadie le importa."

Bertold Brecht

jueves, 11 de septiembre de 2008

Da igual

No preguntes por mí,
da igual que lo hagas,
seguiré ahí...
vayas donde vayas.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Ya nadie recuerda

Hoy una persona me preguntó qué era este lugar dónde escribo.

La gente lo entiende como una especie de diario secreto, una manera de expresarme o simplemente que me aburro mucho. Pero a algunos les entretengo, me dicen que tengo algo de talento, que mi mundo es interesante, y ahí es donde se equivocan.

Lo que escribo no son mis historias, son las de todos los demás. Gente que ya nadie recuerda, que nunca intentaron marcar. Intentaron vivir, sentir y luchar cuando hizo falta. Hicieron todo eso que yo, sólo puedo escribir.

Este lugar fue construido para recordar al mundo entero que existe gente así, aunque ahora ya solo sean lineas en un papel.

lunes, 8 de septiembre de 2008

De tapas

Aveces uno se debe tragar la ración de palabras al orgullo con una jarra bien fría de humildad.

Sigue Brillando

Una copa helada, el sonida del chocar contra esta, y con un par de hielos, ya estoy preparado.

Corro la cortina de tela hacia un lado, para que la luz me entre. No hay luna, no hay estrellas.

Una noche como otra cualquiera.

Esto es lo último que escribiré hasta que volvamos a vernos. Sé que no entiendes ahora el porqué, yo tampoco lo entiendo. Tiempo al tiempo y lo demás, son sólo recuerdos.

Recuerdos que no sé si deben estar ahí. Todo ha ido demasiado rápido y ahora que el suelo helado cruje, no sé pa'que coño me pregunto el porqué. Lo veía venir, lo intuía, pero no quería.

No quería verte envuelta en esto, en lo que ahora está sucendiendo. Guarda tus preguntas, la copa está vacía, el hielo derretido y mi tiempo consumido.

Sigue brillando...

viernes, 5 de septiembre de 2008

La Sala de las Mentiras

Caminaba rápidamente, con fuerza. Iba subiendo los peldaños hasta que presencie la puerta.

-Largo, aqui no teneis nada que proteger.- dije con voz retumbante a los dos guardias que custodiaban la puerta de roble. Por un momento se lo dudaron, pero bastó una mirada a la envainada hoja de plata para que retrocedieran un par de pasos y empezaran a sudar.

Las macizas puertas chocaron contra las paredes de la sala. El crujir de la madera retumbó en la habitación al compas de mis pisadas.

La sala del Rey, que era conocida por el pueblo llano como La Sala de las Mentiras, había perdido el esplendoroso lustre de sus principios. Los grandes ventanales yacían tapados por espesas cortinas rojas bañadas por el polvo. El mármol había perdido el brillo por las multiples pisadas durante tanto tiempo y el mismo tiempo fue el que había oxidado el trono donde él se sentaba.

No alzó la vista, apenas se movió al percatarse de mi presencia. Permaneció en la oscuridad del trono, serio, sin apenas inmutarse de lo que decia o dejaba de decir. Poco a poco, mi voz iba palideciendo de fuerza. Al final, solo quedaban los gritos de fondo del que pronto dejaria de ser nuestro pueblo.

-Los dejarás morir...-susurré sin apenas mover los labios.
-El pueblo vivirá
-Tu verdadero pueblo está muriendo en esas murallas.
-El futuro de mi pueblo está a salvo en ellas.
-La esencia de él morirá. No te escudes en las mujeres y los niños, la sangre que riega ahora los campos solo hará que crezca la semilla del rencor. No te lo agradecerán, no lo entenderán, solo te odiarán hasta que entre ellos surja un nuevo lider, alguién con el valor para pagar por lo que hoy estás haciendo.
-Sí, pero el pueblo... vivirá.

La Libertad

La libertad es algo que no cobra importancia hasta que sentimos que no la tenemos.

Igual que el sexo.

La persona sabia es la que es capaz de disfrutar de ella cuando simplemente se tiene. La libertad a veces consiste en viajar, pero la mayoría de las veces se consigue desde el sillón de tu casa, simplemente exigiendo que se te respete. Este mundo nos ofrece tantas oportunidades de ser libre como de privarnos de esa libertad sin darnos cuenta.


Sé más listo y más rápido que ellos, my friend.

Rodrigo

jueves, 4 de septiembre de 2008

Sigo aquí

Soy la pregunta del millón
siempre la interrogación
no respondas que si... por que si

Y qué, que podrías tu decir
si yo no te voy a oir

no me entiendes
y nunca seré lo que esperas... de mi

Jamás ya me vas a conocer
niño y hombre puedo ser

no me uses y apartes de ti


Viví como alguién aprendió
lo que nadie le enseñó
no me entienden,
no estoy ... ¡aqui!

Yo solo quiero ser real

y sentir el mundo igual que los otros

y seguir, siempre así


¿Por qué yo tendría que cambiar?

Nadie más lo va a intentar

Y no entienden... que sigo aqui

Tú ves lo que ellos nunca ven
te daria el cien por cien

me conoces y ya, no hay temor


Yo, mostraría lo que soy
si tu vienes dónde voy

no me alcanzan

si eres mi amigo mejor


Que sabrán del mal y el bien

yo no soy lo que ves

todo un mundo durmiendo

y yo sigo soñando... ¿por qué?


Sus palabras susurran mentiras

que nunca creeré,

estoy solo... y sigo aquí

El Planeta del Tesoro

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Una copa sin vino

Últimamente estoy descubriendo que ya no escribo... y sé porqué.

Me gusta mas pensar con alguien y no escribir nada, que hacerlo solo y escribir todo.

Gracias por estar ahí.

jueves, 28 de agosto de 2008

¿Sufrimiento?

No decidimos nacer, se nos otorga una vida y la posiblidad de vivirla. Nosotros decidimos que hacer con ella. Habrá quién la dediqué a grandes metas, a labores a la humanidad. Otros menos capaces se dedicarán ha hacer una familia a la que amar y proteger y el resto simplemente vivirá el momento tanto como pueda.

Por que el tiempo es un gran desierto de arena, y la vida de una persona es la caricia del viento en los bastos montículos. Pasa rápido, algunas sin pena ni gloria, otras más suavemente que el resto y el mismo resto pasa sin más.

Y luego está aquella ligera brisa que roza tu mejilla y libera tu pelo por un instante para poder encarcelarse en tus recuerdos, para esperar por siempre a que le liberes, para volver a sentir como esbozas una sonrisa... sin sufrimiento.

lunes, 25 de agosto de 2008

Roto

¿Cuando se convirtió mi corazón en una pelota de tenis?

viernes, 22 de agosto de 2008

Viene, se acerca

Viene, se acerca
y tú todavia tiemblas.

Viene, se acerca
ya sabes que hace,
que dice, que piensa.

Viene, se acerca
y ya te ha abierto la puerta

Viene, se acerca
pero tu no das el paso,
tienes miedo a perderla.

Se fue...
y tu todavia tiemblas.

martes, 19 de agosto de 2008

Singular

-Me gusta tu forma de ser por que eres crítico, te cuestionas todo y reflexionas sobra cada cosa que te encuentras. En ese sentido... somos iguales. Muchas veces pienso que el echo de haber estado solo durante mucho tiempo en el pasado me hizo ser así, y por lo que sé tu también estuviste sólo hace no demasiado. Por ello te volviste a como eres ahora. Supongo que la gente que está sola se hace preguntas.

-O mejor dicho, piensa.

-Bueno, es lo mismo practicamente. Por eso me gusta tu "nueva forma de ser"... por que ahi poca gente así.

domingo, 17 de agosto de 2008

Por mucho tiempo que pase

Hace tiempo dejé de mirar la Luna.

Mis ojos se encontraron con alguien que podia amar de manera no platónica. Toda mi atención se centró en ella, olvidandome de la Luna, que seguía saliendo a paser sola entre las nubes de mi egocentrismo.

Las luces de la ciudad nos rodearon y bebidas de colores daban sabor a nuestras bocas. La ropa fue destapando poco a poco todos nuestros secretos y en una noche sin Luna, terminamos por desahogar ese deseo que nadie nombra en voz alta, si no al oido de la persona que cree que ama.

Pero todos los días amanece y los rayos del Sol son capaces de desenmascarar hasta la mejor de las mentiras.

Y después de eso, dolor. Mucho dolor. Lágrimas ácidas, mareo, cansancio y muy pocas ganas de vivir.

Y entre esa sangría de sentimientos, van pasando las horas hasta que me doy cuenta de que el Sol ya se a ocultado de nuevo y de que la Luna sigue brillando en el cielo nocturno de lo que para mi era, una noche muy fría.

Ella seguía estando... y seguirá brillando por mucho tiempo que pase.

lunes, 11 de agosto de 2008

La mejor de las Sonrisas

Voy a escribir algo que no puedo decirle a la persona correcta.

La quiero, pero sé que poco a poco me voy a ir muriendo, sin saber por que al estar al lado de ella, mi corazón se para, dejo de respirar, no quiero hablar, no quiero pensar, solo quiero seguir con ella a los ojos del Sol, al cobijo de la Luna.

Dejar de escribir las cosas que haremos, solo hacerlas sin más. No quiero planear, quiero presentarme cualquier tarde en un portal, para llamarte sin saber siquiera si estas. Dejar de soñar con lo que podremos hacer algún día, cuando mal dios errante nos junte en alguna noche de invierno fría de luna oscura. No importa cuando, no importa el qué, solo importamos nosotros dos.

Querría decírselo, pero no tengo el valor como para abrir mi corazón. Tiene demasiadas puñaladas y a nadie le gusta ver dolor. Nadie se enterará de esto y lo único que me espera es poder introducirlo en la profundidad de un mundo que a nadie importa, para que al final algún vagabundo lo lea en una servilleta, lo lea y entienda que hasta un corazón muerto, puede sangrar...

Y hasta la mejor de las sonrisas, puede hacer llorar.


domingo, 10 de agosto de 2008

El Suspiro 'el Moro

"Llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre"

Madre de Adberramán II

jueves, 31 de julio de 2008

La Luna de todas mis Noches

Hay cosas en la vida que son dificiles de aceptar.

La más difícil suele ser que morirás, mas tarde o mas temprano que los que ahi a tu alrededor, y el problema de ello no es todo lo que dejas atrás, si no todo lo que pudiste dejar delante.

Por que una vez te hallas ido sólo les queda el recuerdo de todos los momentos compartidos. De las veces que aún en noches de invierno frío soñabamos con puestas de soles que jamás habíamos visto.

Que cuando aún nisiquiera nos habiamos conocido y tan sólo eras un eco entre los gritos del gentío, yo seguía buscando ciegamente alguien que pensé que nunca habia existido.

Alguien que se acordó de mi cuando nadie había querido.

P.D: dedicado a la Luna de todas mis Noches, una personita que me a acompañado sin siquiera preguntar y la única que se acordó de mi, cuando se tenía que acordar.

Por esta y todas las noches que nos quedan por brillar ^^

viernes, 25 de julio de 2008

Mil rostros y un sólo corazón

Querido e inexistente amigo:

Vuelvo a escribirte.

Nunca pensé que lo volvería a hacer. Empezaste como una irónica forma de transmitir mis sentimientos hacia otras personas, pero las cinceladas que la gente a ido esculpiendo en mi corazón acabaron por tallarte a ti.

Te di un nombre, un hogar, mil rostros. Eras aquel reflejo en el espejo, esa sombra en los atardeceres, ese sentimiento agarrado a mi pecho. El tiempo iba pasando y tu seguías ahí, inquebrantable, imbatible y maravillosamente único.

Pero poco a poco me voy consumiendo, dejando de ser el mismo, el que hace ya mucho fui..

¿Quién soy ahora? ¿De verdad es el que está escribiendo esto es el que antaño, y siempre en blanco, se ponia enfrente de una hoja para no escribir nada?

Por aquel entonces no había nada que escribir, todo lo que habia que hacer era sentir, vivir... y nada más.

¿Que quién soy ahora? ... Mejor preguntate, ¿quién eres tú?

Un día tormentoso

Siempre nos han hablado del amor como aquello que mueve el mundo. Algo más poderso que el dinero y el poder. Algo que no se puede comprar ni vender, que sólo se puede sentir como sientes la lluvia en un día tormentoso.

Hace mucho tiempo se creía que la lluvia eran las lágrimas de Dios por los pecados del homnre. Que el nos hizo buenos, a su imagen y semejanza, pero que luego llegó el diablo y nos convirtió en lo que ahora somos: un cínico reflejo de nuestro creador.

Nos reflejamos en Dios como la Luna se refleja en la inmensidad del océano. De manera siempre turbia, por que igual que el mismo océano nunca está tranquilo, el ser humano tampoco lo está. No es que no quiera, es simplemente incapaz.

Tenemos algo por dentro, que nos impulsa a vivir, algo mas allá de la vacía existencia del existir sin más.

Y yo creo que eso que nos impulsa, es amor. Algo mas poderoso que el dinero y el poder. Algo que no se puede ni comprar ni vender, que solo se puede sentir como sientes la lluvia en una día tormentoso.

Pero... nunca llueve eternamente.