-¿Mereció la pena?
-Créeme, siempre mereció la pena, aunque mi cuerpo se enfrie y por la mañana esté taciturno, aunque por ello me ponga triste y llore por callejones oscuros, siempre merecerá la pena sentarme y escribir sobre ello, un cuento más que nadie se creerá, pero que al menos, vivirá mas que yo. Consuelo de necios, pero consuelo al fin y al cabo...
-¿Te consuela escribir?
-Vivir me consuela del saber que algún día moriré. Mas te diré una cosa, que cuando eso pase, te aseguro que no lloraré ni me amendentaré ante las puertas del infierno al saber que me esperas, pues como ya te he dicho, siempre mereció la pena.
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