sábado, 14 de marzo de 2009

¿Explicaciones? Tres tazas

Veamos, todo tiene su origen, y cual origen incierto prefiero decir que miento a decir que siento decir lo siento... por la resaca de ayer!

Resumiendo, entre'sta puta paranoia de frase que m'acaba de salir, os toca discursito sobre qué viene siendo este video no-porno qu'anda desde hace poquito por estos lares (si no habeis encontrado los porno, seguid buscando ;P)

Bueno, todo viene siendo con que nuestra veterana (la única cabeza presente no-hormonada) tuva la ideilla de que algún día podríamos organizar nosotros la Sociedad. Total, se lía la parda por que enganchan a Patri (Madame Pitinga) para rular la clase a su estilo, de buen rollo.

Ha'ta'hí to'bien, pero claro; Patri... yo... libertad pa'cer lo que queramos... Malo. Mu' mu' malo.

Así que, como viene siendo y con toda una semana por delante de examenes, o lo que es lo mismo, noches en vela estudiando para terminar copiandonos de Elvira, empezamos a perfilar esas ideillas sobre hacer algo especial. Algo que no fuera el simple leer de Patri mientras se nos cae la baba... Entonces lo encontramos:

Reunión.

Pero no una normal ostia. Una de las buenas, una de las secretas al estilo de los Poetas Muertos con anis del Mono y yervecica (hiervecita, pa'los que no sean de la Graná). Total, una de las de buen rollo. Estuvimos discutiendo sobre cómo currarnosla, por que no era plan de llegar allí, leer y soplarle al vidrio porquesí (que pa'eso ya tenemos el fin de semana) y entonces me dió por buscarle un sentido a todo este asuntillo. ¿Quién hace las reuniones secretas? ¡Pos los narcos! De toa la vida vamos.

Sin embargo, había algo que no cuadraba... ¿Mujeres narcontraficantas? Que va, las mujeres van a otro rollo, no les van esas movidas, son más sutiles, mas astutas, más frivolas. Vamos, como definición de puta viene bastante bien, asi que esa fue la misión de Elvira: convertir a Patri en una puta, pero no una puta cualquiera, una barata. De las que molan.

Terminando ya, terminé de pelearme con el agua y tiré pa'l A.P.A (me niego de decir A.M.P.A, que bastantes puñalás le estoy mentiendo ya a la lengua española) y tiré pa'ya. Dos horas después, me abrió Madame Pitinga con su elegante colgante y su falda a medio abrir y como teniamos tiempo libre hasta que llegaran los otros, enganchamos la cámara, nos dió por improvisar y por darle una patada en el estómago a la maravilla que puede ser el cine.

Pero bueno, andamos con la conciencia tranquila y la cabecilla bien alta, por que peores cosas s'an echo, con más dinero y menos humor, y nosotros nos lo hemo currado, lo hemos echo, y lo colgamos con derecho al buen saber de nuestros actos, y pa'que cuatro gatos, se echen unas risas con nosotros.

Pues no olvideis, al final todo, lo hacemos por vosotros, señores sonrientes del anonimato.

Puta y Cliente

La vida es como puta y cliente
¿Que das? Bien
¿Que no? Mientes



Diálogo

-Adelante...(ni puto caso)...¡ADELANTE!
-Buenas cariño. ¿Me has estado esperando mucho tiempo? ¿Que nos toca hoy?
-Pues voy a por el kamasutra por que no recuerdo exactamente por que postura íbamos... la 174
-Ah... El helicoptero. Bueno, ¿una copita antes?
-Vale. Encima de puta pongo la cama y la bebida... ¿Tu te crees que eso puede ser? ¡Y encima quedrás que te haga la cena!
-No, preferiria que me ...
-Si, ya. Vamos a dejarlo ahí... Es que con el poco sueldo que tengo, ya no tengo ni para la bebida.
-¡PERO QUE ES ESTO!
-¡Tú sabrás! ¡Si no me pagas!
-Emm... coño... ¡Hay crisis!
-¡Puta crisis! Pues yo follo igual, no sé si lo ves.
-Joder, ¡eres puta! ... ¡Pues ya está!
-Las gafas
-Te las metes por...

Reparto

Madam Pitinga (Patri)
Kasparíh (Pablo)
Cámara (Elvira)

lunes, 9 de marzo de 2009

Héroe de Guerra

Cuentan que estaba perdida desde hace algún tiempo, que el brillo de sus ojos se iba desvanciendo con cada atardecer.

Algunos creen que fue por el corazón, que estaba dejando de latir. Otros dicen que entró en una depresión de las que no se puede salir, y que angustiada pasaba las horas encerrada en su habitación. Más a mi pesar, debería contar que la maté yo.

La mató mi voz, que le dijo que volvería, que regresaría y que volveríamos a vernos y a seguir construyendo ese mágico sueño que tantas veces soñamos, pero ocultamos, para que fuera nuestro secreto. Nuestro mayor anhelo, nuestro último deseo.

La mataron mis ojos, que la convencieron después de palabras dignas de un fantoche, de los que cada noche termina por desmembrarte y largase con todo tu dinero, tus ilusiones y tu coche.

La mató la bala que atravesó mi pecho.

Perdóname por lo que he hecho... sólo quise verte sonreir una última vez.