Comprendo que tienes razón; soy un infame, merezco tu desprecio; porque... lo que tú dirás, una mujer es siempre una criatura de Dios, ¿verdad?... y yo, después que me divertí con ella, la dejé abandonada en medio de las calles... justo... su destino es el destino de las perras... Dí que sí.
[...]
- Háblame con franqueza. ¿No necesitas nada?
- Nada; me lo puedes creer.
- Quiero regalarte un vestido.
- No me lo pondré.
- Y un sombrero.
- Lo convertiré en espuerta.
- ¿Has hecho voto de pobreza?
- Yo no he hecho voto de nada. Te quiero por que te quiero, y no sé más.
Conversación entre Juanito El delfín y Fortunata de Benito Pérez Galdós
lunes, 4 de febrero de 2013
Perdedor
Dedicada a mis errores, que no perdonan...
A las ganas abiertas, que todavía tiritan. A la sal que visten las heridas, cuando se dejan confundir por un limón. A ese mismo limón, que no es otro si no yo, bailando con tequila.
A la incomodidad vestida que me espera en mi salón de plata. A esa mirada. A ese revólver. A esa bala que tiene escrita un "lo siento"...
... pero que igual que mis errores, no perdona.
A las ganas abiertas, que todavía tiritan. A la sal que visten las heridas, cuando se dejan confundir por un limón. A ese mismo limón, que no es otro si no yo, bailando con tequila.
A la incomodidad vestida que me espera en mi salón de plata. A esa mirada. A ese revólver. A esa bala que tiene escrita un "lo siento"...
... pero que igual que mis errores, no perdona.
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