Dedicada a mis errores, que no perdonan...
A las ganas abiertas, que todavía tiritan. A la sal que visten las heridas, cuando se dejan confundir por un limón. A ese mismo limón, que no es otro si no yo, bailando con tequila.
A la incomodidad vestida que me espera en mi salón de plata. A esa mirada. A ese revólver. A esa bala que tiene escrita un "lo siento"...
... pero que igual que mis errores, no perdona.
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