sábado, 16 de febrero de 2008

Sendero de Locos

Escribo, escribo y escribo.

La verdad, ya no sé ni porqué. Verdades, mentiras o sueños que no me sirven para nada. Eso es lo que escribo, simples palabras que se enlazan formando ideas en mi cabeza.

¿En qué estoy pensando? Cada mañana, después de dormir, con el cuerpo aún entumencido, me planteo la misma pregunta: ¿En qué estoy pensando?

Pero pronto llega el Sol a socorrerme y a aullentar esa idea de mi cabeza. El día a día no deja recapacitar a la mente. Sólo la deja trabajar, trabajar y trabajar. De nada me sirve seguir pensando que las cosas podrán cambiar, que lo sueños algún dia se cumpliran.

Ya no... desde hace mucho, he dejado de pensar. Mi mente sólo está centrada en caminar y caminar en un camino de cara al Sol de la mañana. Da igual que sus rayos me cieguen, o que esté aun cansado y medio despierto. Pa'lante con todo. Con mis sueños, mi voluntad y conmigo mismo.

Empiezo siempre ese camino cada mañana, pero la verdad es que no lo llego a acabar. Acabo de rodillas todas las noches, ahogado en sudor ante una Luna que enigmática, me hace caminar hacia atrás. Y entonces, me vuelvo ha hacer la misma pregunta que me hago momentos antes del alba...

¿En qué estoy pensando?


miércoles, 13 de febrero de 2008

Realidad

Ahora quizás, debiera estar estudiando unos garabatos que no me servirán, de gente que vivió y murió hace décadas. Debo estudiar su legado, su vida. La vida de grandes hombres dedicados a la humanidad, y que su gran vida se resume en un folio de números y letras.

Números y letras, que no tienen que ver nada con la realidad.

Sentir que tiene frío y abrazarla. Eso es realidad. Que la noche oscura nos muestre los garabatos que nunca quisimos estudiar, para que los contemplemos pacientes, disfrutando de cada destello de luz mientras nos roba el calor por admirar las maravillas que nos ofrece.

Ver sus ojos y no parpadear. Eso es realidad. Que la misma noche que nos roba el calor, acabe desvaneciendose ante el brillo de quien más que ella a podido brillar. Brillar con ojos tiernos, que miran sin necesidad de juzgar, transparentes ante un agua turvia, que nunca se debió enturbiar.

Y después de abrazarla y mirarla sin parpadear, querer poder parar el tiempo, y saber, que no podrás. Que tarde o temprano, esos ojos se apagarán, caerán en el vacio y ya nadie los volverá a recordar, en los grandes libros de historia por labores ofrecidos a la humanidad.

Los recuerdos de todos ellos, no son realidad. Vivir eternamente en garabatos, no por siempre servirá, pues de nada sirve perdernos en montones de hojas sin usar.

Si no olvidas su sonrisa, sus ojos y lágrimas al despertar, nunca podras olvidarla, pues eso, es realidad.

lunes, 11 de febrero de 2008

Despojos de un Poeta


En el margen de mi vida

sólo quedan los despojos,
lagrimas de color negro
que me oscurecen los ojos

Que mas dá si caigo al suelo
que mas dá si me levanto
buscando un rincón oscuro
para no escuchar mi llanto

Donde sé quedo el poeta
que buscaba su anarquía
que tenía tanta jeta
que siempre sonreía

Sólo me queda un cigarro
una voz medio rajada
una guitarra que suena
que poco a poco se apaga

Sólo me queda esperanza
de seguir gritando libre
mientras mi alma hecha jirones
sigue estando condenada

Que mas da si caigo al suelo
y no me sigo levantando
si tirado boquearriba
prefiero seguir llorando

Camina en noches sin Luna
en las que sólo bebo vino
y qué mas da el color del fango
negro como mi destino...

Gritando en Silencio

domingo, 10 de febrero de 2008

Dos Mundos

Llegaste. Una chica más. Bonita... simpática... pero nada más. No te conocía y no tenía interés en hacerlo. Simplemente, viviamos en dos mundos diferentes.

Hasta que, por azares del destino, nuestros dos mundos se acercaron y empezamos a conocernos, a salir y a vivir. Muchos de los mejores momentos de mi vida los pasé contigo y con los demás. Con todos nuestros amigos.

Hasta que un día, embriagados de alcohol y gloria, nuestros mundos se juntaron durante un instante, en uno sólo. Durante un momento, fui feliz...

Y la felicidad se me subió a la cabeza, Me creí el rey del mundo, capaz de todo sobre todos. Capaz de todo sobre ti... y entonces nuestros mundos se separaron otra vez.

La verdad, no se si todo esto que te quiero decir es sólo un ataque de conciencia por que me porté mal contigo. No lo sé, yo solo quiero decirte lo que siento.

Sé que es lo que me dijiste la última vez que hablamos de esto. Entiendo tus razones, y las acepto.

Sólo quería decirte, que te sigo queriendo...

Sólo un Momento

Un momento.

Es lo único que he tenido para admirar la belleza de mi mundo, sentir el aire fresco en mi cara y el miedo a que me descubran.

Las luces de las farolas alumbraban tenuemente a la ciudad con un tono amarillento. Las calles están vacías. Tan sólo las hojas de los árboles conversan entre susurros con las estrellas, casi imperceptibles en el cielo.

Reina la tranquilidad... sólo un momento.

Sólo durante un instante antes antes de ser quebrada por el ruido del acero prensado, moldeado y adaptado para consumir la tierra que pisa, y que pisamos todos. Las aceras gimotean en silencio y crujen, pero se mantienen unidas soportando que les pisen una y otra y otra vez.

La Luna desapareció, las luces se apagaron, los arboles se quemaron y el asfalto se quebró.

Pero ya no me importa. Ahora sólo quedamos tú, yo y nada más...

Sueños de Fe

Incredulo, ateo o simplemente gilipollas. Así es cómo me llaman algunos.

¿Que importa lo que crea o no crea? Lo que es verdad y lo que no...

¿Que importa cuanta gente murió por la verdad? Y cuanta gente muere por verdades...

¿Que importa que sueñe, que luche, que dude? Dime... ¿Que importa?

Tú luchas por lo que crees, por lo que te enseñaron, por defender aquello que te otorgaron... A ti te otorgaron fe y a mi me otorgaron sueños.

¿Que importa?

Que importancia tiene que carezca de la fe necesaria para creer que este mundo no se irá la mierda, que después de esta vida habrá otra mucho mejor, un mundo done las palabras libertad, justicia o bondad no sean sólo eso, palabras.

Llevas razón, carezco de todo ello.

Pero no carezco de sueños. Ni de sueños ni de voluntad para cumplirlos en este mundo. Todos esos sueños que nadie soñó, por que tenía miedo a soñar. Todos esos sueños que con el paso del tiempo, se dejaron de soñar.

Yo no tengo fe, pero estoy lo suficientemente loco para soñar. Vosotros teneis vuestra fe, y yo, un mundo por cambiar...