Escribo, escribo y escribo.
La verdad, ya no sé ni porqué. Verdades, mentiras o sueños que no me sirven para nada. Eso es lo que escribo, simples palabras que se enlazan formando ideas en mi cabeza.
¿En qué estoy pensando? Cada mañana, después de dormir, con el cuerpo aún entumencido, me planteo la misma pregunta: ¿En qué estoy pensando?
Pero pronto llega el Sol a socorrerme y a aullentar esa idea de mi cabeza. El día a día no deja recapacitar a la mente. Sólo la deja trabajar, trabajar y trabajar. De nada me sirve seguir pensando que las cosas podrán cambiar, que lo sueños algún dia se cumpliran.
Ya no... desde hace mucho, he dejado de pensar. Mi mente sólo está centrada en caminar y caminar en un camino de cara al Sol de la mañana. Da igual que sus rayos me cieguen, o que esté aun cansado y medio despierto. Pa'lante con todo. Con mis sueños, mi voluntad y conmigo mismo.
Empiezo siempre ese camino cada mañana, pero la verdad es que no lo llego a acabar. Acabo de rodillas todas las noches, ahogado en sudor ante una Luna que enigmática, me hace caminar hacia atrás. Y entonces, me vuelvo ha hacer la misma pregunta que me hago momentos antes del alba...
¿En qué estoy pensando?
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