Llegaste. Una chica más. Bonita... simpática... pero nada más. No te conocía y no tenía interés en hacerlo. Simplemente, viviamos en dos mundos diferentes.
Hasta que, por azares del destino, nuestros dos mundos se acercaron y empezamos a conocernos, a salir y a vivir. Muchos de los mejores momentos de mi vida los pasé contigo y con los demás. Con todos nuestros amigos.
Hasta que un día, embriagados de alcohol y gloria, nuestros mundos se juntaron durante un instante, en uno sólo. Durante un momento, fui feliz...
Y la felicidad se me subió a la cabeza, Me creí el rey del mundo, capaz de todo sobre todos. Capaz de todo sobre ti... y entonces nuestros mundos se separaron otra vez.
La verdad, no se si todo esto que te quiero decir es sólo un ataque de conciencia por que me porté mal contigo. No lo sé, yo solo quiero decirte lo que siento.
Sé que es lo que me dijiste la última vez que hablamos de esto. Entiendo tus razones, y las acepto.
Sólo quería decirte, que te sigo queriendo...
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