Dices conocerme, pero no hay verdad en tus palabras.
Dices quererme, pero cuando lo haces no brilla tu mirada.
Dices ayudarme, pero sigo llorando entre sabanas.
Conóceme, quiéreme, ayúdame... son palabras que ya han perdido todo su sentido, pues en este sin sentido en dónde nos encontramos toda palabra ha muerto, tan sólo las lágrimas han vuelto y se deslizan por tu mejilla a la misma vez que mi pluma.
No te culpes, no me culpes. Nosotros sólo queríamos ser felices en un mundo donde simplemente, estuvieramos juntos, sin ver qeu nuestro mundo se quebró, que fue asediado por la duda y el dolor y finalmente arrasador por un dictador, ese que se esconde en pesadillas de amor y que torna a negro el corazón.
Nos separaron y ahora, solo podemos mirarnos desde la distancia de tu balcón, mientras espero que tejas una tela para subir por ella y volver a estar juntos...
Y recuperar nuestro mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario