No decidimos nacer, se nos otorga una vida y la posiblidad de vivirla. Nosotros decidimos que hacer con ella. Habrá quién la dediqué a grandes metas, a labores a la humanidad. Otros menos capaces se dedicarán ha hacer una familia a la que amar y proteger y el resto simplemente vivirá el momento tanto como pueda.
Por que el tiempo es un gran desierto de arena, y la vida de una persona es la caricia del viento en los bastos montículos. Pasa rápido, algunas sin pena ni gloria, otras más suavemente que el resto y el mismo resto pasa sin más.
Y luego está aquella ligera brisa que roza tu mejilla y libera tu pelo por un instante para poder encarcelarse en tus recuerdos, para esperar por siempre a que le liberes, para volver a sentir como esbozas una sonrisa... sin sufrimiento.
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