Granada 6-2-07
"Sólo al soñar tenemos libertad..."
Pero cada vez que sueño, aparezco en la soledad de tu cama, pues sea de día o de noche, sueño contigo. Observarte como simplemente duermes, sueñas, y soñar junto a ti. Que nuestros sueños se enlacen, y cada segundo sea recordado por las frías almas en pena que nos observan desde la oscuridad de cada rincón.
Pero envío esta carta a ninguna parte, para confesar ante la fría soledad de mi habitación, que la pasión que sentí por aquella mujer, ya se ha desvanecido por mis venas. Mi corazón antes palpitante a su simple recuerdo, ahora no muestra signo alguno de recordar quien era.
Y le pido perdón, por que deje que los sueños se rompieran, como cualquier vidrio al calentarse y enfriarse rápidamente. Y aunque ella me siga esperando, creo que con el tiempo, acabará olvidandome, como yo, ya la he olvidado...
Los sueños rotos de un poeta
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