Me da vertigo, el punto muerto y la marcha atrás. Vivir en los atascos, los frenos automáticos y el olor a gasoil. Me angustia, el cruce de miradas. La doble dirección de las palabras y el osceno guiñar de los semaforos. Me arruinan las prisas y las faltas de estilo. El paso obligatorio, las tardes de domingo y hasta la linea recta. Me enerban los que no tienen dudas y aquellos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera. Me cansa tanto tráfico y tanto sin sentido...
Parado frente al mar, mientras el mundo, gira.
Extremoduro
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