Venga va, me la juego.
Voy a contarte lo que veo, mi mundo dando tumbos, embriagado de gloria u otra cosa. Bueno, no importa, me centro en mis problemas, los que me atañen a mi o por defecto, afectan a todos. Que remedio... últimamente esto se a convertido en un "abandonen el barco" a voces y desorganizado.
Bien, hablo, aunque quizás no debiera. Más facil es dar la espalda que mojarsela currando por algo que pueden hacer los demás, y aunque tu puedas, siempre habrá algun muerto de hambre dispuesto a arrastrarse por ti, y por tus relucientes monedas.
Pues tú te quedas y yo me largo. Me voy, me piro y no me importa lo que te pase, pues solo eres un muerto de hambre sin nada a lo que agarrarse, sin siquiera unos zapatos a los que poder pisar.
Reza... o despierta. Es que me da igual lo que hagas, yo me voy al primer mundo donde las lagrimas se pueden secar, donde la sed se puede ahogar, el estomago llenar y las toses apaciguar. Un lugar donde se puede conseguir todo por lo mismo.
La historia no se escribe con sangre, se escribe con dinero.
Nada más, dale saludos a la muerte. Pero antes de irte a pasear por ella, recuerda, que donde las luces se tocan, manos de dioses humanos brindando con copas, allí... tu vida no me importa.
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