lunes, 15 de diciembre de 2008

El Enterrador

Tú, que hoy pides entrar en este cementerio para dar buen entierro a los muertos y un salario para tu vida y los que te rodean, piensa, que aunque cada noche profunda guardes tus herramientas, cojas tu abrigo y te marches, tarde o temprano volverás para siempre quedarte.

¿Ves esa tierra aún húmeda, con hierbajos y sin pisar? Tu trabajo consiste transformarla en el nuevo hogar del que ya se ha convertido en un corazón frío, vacío de sentimientos y de un sonido crispantemente monotono.

De mientras que lo haces, quizás veas llorar a algún familiar, algún alma rota vagando entre nuestras obras. Nunca les digas nada, pues no hay palabra alguna que pueda llenar ese hueco. No olvides que tu estás haciendo el lugar donde apartir de ahora reposará el que están llorando. Decirle que lo sientes mientras tu sigues cavando alegremente resulta una visión bastante macabra.

Pero ante todo, nunca sientas pena mientras entierras a alguién. Ya fuese ángel o diablo, todos acaban bajo tierra, metidos en un tarro o como alimento para los lobos. Algunos quizas merecieron su destino, otros simplemente lo adelantaron. La mayoría lo acepta, y quién se resiste, no hace si no negar la evidencia de que nada es eterno.

Y por ello, estás aqui, cavando tumbas alegremente mientras ves como la gente desaparece a tu alrededor. Hasta que un día, cuando la Luna muerta no mire, empiezarás a cavar sin darte cuenta de que no queda nadie más a tu alrededor. Entonces, entenderás por que elegiste entrar en este cementerio y porqué nunca saldrás de él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno Bueno Naftor con su calidad innata abusando umn poco creo yo de las frases hechas pero manejandolo bien igualmente, soy un seguidor y fan que e leido todo lo que llevas asta ahora, tu en filosofia destacabas no?? un beso de tu admirador secreto