Si le molesta a tu alma que me arrime,
dile a esa ciega que yo soy tu Will,
y a Will, allí, lo sabe, se le admite;
en nombre del amor, dame tu sí.
De Will mi Will se colmará el tesoro:
tendrás mil Wills, y entre esos Wills el mío.
Allí donde hay espacio para todo
uno entre muchos no es reconocido;
no importa que entre tantos ni me notes
si en el balance consta que soy uno.
Así, tenme por nada, te doy gusto,
mi nombre haz tuyo; amándolo hasta el fin
me estás amando a mí: mi nombre es Will.
William Shakespeare
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario