sábado, 18 de abril de 2009

Soneto CXXXVI

Si le molesta a tu alma que me arrime,
dile a esa ciega que yo soy tu Will,

y a Will, allí, lo sabe, se le admite;
en nombre del amor, dame tu sí.


De Will mi Will se colmará el tesoro:

tendrás mil Wills, y entre esos Wills el mío.


Allí donde hay espacio para todo

uno entre muchos no es reconocido;
no importa que entre tantos ni me notes
si en el balance consta que soy uno.

Así, tenme por nada, te doy gusto,
mi nombre haz tuyo; amándolo hasta el fin
me estás amando a mí: mi nombre es Will.

William Shakespeare

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