La agonía del escritor viste de blanco por la noche y de negro por la mañana. Se amarga en un verso prohibido, que no ha existido más allá de su cabeza, junto con la impotencia de no poderlo hacer real.
Y ya que en realidad, no puede escribirse, viajaré al mundo de las ideas donde no habrá que escribir para dormir una noche, ni cerrar los ojos para que estés junto a mi.
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1 comentario:
Grandes momentos se viven en este mundo de las ideas, a veces nos traemos un recuerdo para plasmarlo sobre un papel, otras veces se queda en ese mundo de las ideas para nuestro deleite propio.
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