jueves, 9 de abril de 2009

Suplicas de caminante

Hoy me gustaría escribir sobre una historia que no existe más allá del papel. Un mundo donde no todo funciona bien, pero joder... van tirando como pueden hacia algún horizonte.

No puedo entender que hago aqui exactamente. Dónde se fue mi sonrisa, por que violaron mi silencio. Dejé el bozal suelto al tiempo y ahora he pagados sus favores en forma de mordisco. Un perro viejo en mitad de la noche que mea en una farola de vela, de las que el viento lleva a perderse en el infinito oscuro.

No espero que nadie vuelva a encenderla. Es de noche. El viento sopla. Yo solo soy ese caminante escuálido que se calienta las manos mientras intenta que la Luna brille un poquito más. Sólo un poco. Nada más.

Me encuentro perdido en esta tormenta de lágrimas que humedecen mis labios como el tierno beso de una amante. No puedo darles respuesta esta noche. Mis labios están sellados por el dolor del atardecer. Se ha ido y no sé si volverá...

Pardiez... olvidé perdiselo.

No hay comentarios: