Madre mutante; hija, madre y abuela.
Cambiante actriz entre la tierra que pisas, en pos de amantes sin tregua que dejan en ti algo más que una huella. Empezaste siendo hija, hija de quién no recuerdas. Fuiste madre sin padre que pare en una celda, en una mazmora oscura que quiere hacerte su dueña.
Y con el paso de los años fuiste perdiendo belleza. Te secuestraron en el papel, te hicieron daño con mecha. Y al cabo de un tiempo ya no quedaba ni abuela, tan sólo madre e hija que partían a otra tierra, dónde lo desconocido es lo atrevido a quién todos interesa, perdido entre ilusiones y delirios de grandeza.
Todo se convirtió en sangre, sudor y pelea. Y viajaste entre las aldeas siendo protectora del olvido, silenciosa sombra acunando un castigo. Te casaron por la fuerza y expulsaste a tu marido. Y tu herida sangrante te dio paso al camino. Ya nadie cobija, pues la madre se fue con la madre y ya sólo quedó la hija.
Y hoy la hija escribió estas palabras, como muestra de su legado, que no está cerrado, pues como toda madre mutante, sigue siendo hija, madre y abuela de la eterna compañía del ser humano.
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