Todo irá mejor ahora que no estás en mi cabeza. Quizás ni nos veamos u olvidemos la promesa que nos hemos hecho sin percatarnos. Pero a mi me basta. Pues lo que necesitaba no era otra sarta de palabras de maniquí, si no algo de sinceridad. Algo que me pudiera colocar en este mundo fuera de mis ideas.
En tu ausencia a veces deja de existir una parte de mi. Ahora ha resucitado pero espera ahí; tranquila, paciente. Aprendiendo otra canción, buscando otro verso. Quizá volviendo a mis hábitos pioneros de vodka y noches inolvidables.
Donde valía más una sonrisa que mil llamadas perdidas.
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