martes, 14 de junio de 2011

Encarnaciones

Descuida, los de sanidad ya tienen mi nombre en la lista de espera.

Siempre acabo encontrando otra pared donde empotrarme o cualquier zorra que tirarme y llorar por los arañazos. Quizás me busque un trabajo que consiga que deje mis vicios sanos y seguramente hasta eso me hará joder otra vez una temporada de salidas.

Así aprenderé a beber sólo y a tirar el ron por los muertos. O los que están vivos, pero no van a aparecer ni aún pegandoles un tiro entre las piernas. Empezaré buscar en tiendas algo que supere los 100º para ver si me evaporo y salgo volando.

Me puedo hacer genio de lámpara.
O humo de Perdidos.
O gas butano que explote con el primer contacto humano...


1 comentario:

Kyrus dijo...

Es lo que pasa cuando te embalas por esa carretera tan larga, no sabes que al final no hay nada, que sólo cuenta el recorrido, sólo el paisaje visto en cada curva dada, con el volante bien cogido para no salirse de la calzada.

Un saludo