Si se me escapan unas palabras en el botiquín de encima del armario, ese que guardabas bajo sonrisa, dame un segundo para volver al mundo donde no te hablo, no me curas y ninguno de los dos tiene con que sonreir.
Déjame sentir que aún valgo para esto. Que ya no lo detesto, que ha dejado de ser un juego que escondía tras de mi, como un prisionero torturado demasiadas veces aún sabiendo que no tenía información.
Déjame volver a ese mundo gastado de fotografías y papel donde yo era él y tú la que lo amabas. Déjame leer aquello que te firmé una vez en el cuello, otra vez en el pecho y una vez más en la cadera. Déjame sentir aquella mirada que esclaustraba en un vasos de ron. Déjame una, dos, tres veces las cosas que sabes de sobra que no me calco.
Déjame intentarlo para que así, pueda seguir en esto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario