miércoles, 31 de agosto de 2011

La apasionante historia de amor entre un chico de ciencias y una chica de letras

Supongo que la distinción entre negro y blanco nunca estuvo tan clara en las sombras de este mundo, y la falta de colores nunca es una opción clara a quién echarle las culpas, si no una deslustrada réplica ante las estadísticas y el poder.

No, las cosas nunca están claras. Solo nosotros somos capaces de cambiar la gama de grises y sombras y romper la apatía del día a día que nos deja sin color. Creo que cada persona es un gran cubo con millares de colores que poder pintar a nuestro alrededor y este mundo no es si no nuestro museo particular donde proyectar nuestras obras y nuestro arte.

Porque aunque nos pinten el mundo de gris y negro, en nuestra mano está el poder cambiarlo y trazar el camino que nos lleva a donde la imaginación se escapa en un papel, un tapiz, o un simple pincel con el que plantarle cara a la vida.

Algunos no tenemos más que eso. Otros, no necesitamos nada más.

Daniel

2 comentarios:

Patricia Olmo dijo...

lo has hecho

Anónimo dijo...

Hola Naftor.. Genial hasta lo que no acabas de contar.. Pero me pregunto donde esta ese otro cristal para abrazar, donde todo lo que te guardaste cuando decías que ya habías llegado tarde? Y la aspiración a cojer al corazón en algún suspiro? Porque has renegado de tus escaparates nocturnos donde mirabas lo que no te ibas nisiquiera a probar?... La mayoría de las letras me parecieron tan maravillosas que me acuerdo... Porque las has escondido? :) escribes preciosidades no lo dejes

Aloha Pirata