viernes, 23 de enero de 2009

El vaso del vagabundo

Por la mañana estuve hablando con una persona inmensamente rica. Había conseguido una herencia cuando cumplió la mayoría de edad y aumenta exponencialmente su dinero en inversiones. Tenía de todo y además, conocía tanta gente que decir saber todo lo que pasaba en la ciudad. Entonces le pregunté que si era feliz y titubeó un momento. Luego, me dijo: "Claro, tengo todo lo que un hombre podría desear."

Después de comer, estuve hablando con el trabajador de una fábrica cercana a mi casa. El hombre llevaba 50 años fabricando coches y su jubilación se veía ya cercana. Era un hombre que se había hecho a si mismo. Sus manos estaban tan curtidas como su devoción por el trabajo. Entonces le pregunté si era feliz y medio preocupado me dijo: "Depende del momento. Mañana es un día muy feliz para mi, por fin me jubilo."

Y cuando ya volvía a mi casa por la tarde, vi a un vagabundo echado en el portal. Me acerqué a él y me senté a su lado. El agradeció la compañía con un cómodo silencio. Entonces, finalmente, le pregunté... ¿Eres feliz?

Algunos le responderían que no lo saben, que nunca han sentido la felicidad, otros puede que le dijeran que en algún momento de su vida lo han sido. La mayoria suele decir que no y los pocos que dicen que si lloran todas las noches. Pero de todas formas, tú me lo has preguntado a mi y yo te responderé con una verdad que encontré en el fondo de un vaso. Felicidad es lo que brilla en el horizonte de nuestro camino. Si te quedas quieto, te calienta y no avanzas. Si el reloj se tuerze, la felicidad se esconde y nunca la tienes. Entonces, sólocuando después de tantas puestas de Soles, encuentras a alguién que te caliente eres feliz...

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