Parpadeo sin darme cuenta.
Respiro, miro, sonrio. Todo es lo mismo...
Todo pasa al mismo tiempo.
Un segundo es un segundo, nada más. El cumulo exacto de segundos da un minuto, que a su vez da horas, dias, semanas. Son como aquella espora que danza en el viento y se agarra a la dura roca, germina y crece sin cesar hasta chocar contra la misma roca que le dió la vida.
Nadie le dijo a aquella planta que allí aparecería. Nadie le dijo por qué crecería y qué debería hacer. Estaba allí. No hizo más que lo que pudo hacer. No podia no hacer nada, se veia condenada tanto a la vida como a la muerte. No es cuestión de suerte. Naces, creces, te reproduces y mueres. Tanto pudiste hacerlo en el peñón más alto como en lo más profundo de un lago salado.
Vivimos en un mundo hostil. Respondemos con la misma contundencia que nos es infundida. Dame una eternidad y haré la mayor de las maravillas y la peor de tus pesadillas. Dame un segundo y durante un segundo... seré
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1 comentario:
Te doy todos mis segundos... porque yo ultimamente no soy capaz siquiera de ser... aprovechalos tú
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