miércoles, 8 de septiembre de 2010

Silencio artificial

Y de repente... una palabra cortada a medias.

Silencio artificial.

Algo parecido al negro que tiñe la habitación.

Pero se siente de otra manera.

Distintas caras de un mismo diablo que me persigue.

Le planto cara.

Grito.

Sonrie.

Su sonrisa no es más que otro prolongado silencio.

Mas negro aún que el anterior.

La habitación ya no es más que un borrón de tinta corrida.

Busco la salida.

No la encuentro.

Sigue sonriendo.

Sigue el silencio.

Llanto... pena... suspenso.

Coma profundo entre un millón de quieros.

Y en la profundidad de mi mente... un arpegio

Una guitarra fantasma.

Dedos que rozan el aire en notas de consuelo.

El diablo se va.

Se queda el silencio...

... pero ahora... es natural.

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