Semana y media. Mis padres se han marchado
de casa y compro pizza para cenar.
He vuelto a acordarme de Rebeca.
Con ella las cosas sí que eran fáciles.
Le gustaba la estabilidad.
Un novio que la cogiera de la mano,
la llevara a sitios bonitos
y le escribiera pijadas que leía en
pastosos libros de poesía americana.
No me confundais; todo en inglés
suena más cool.
Me parezco al predicador esede perilla y coleta.
Puede que explote su imagen.
Hay mucha roja con más banderas
que sentido común
y me apetece jugar a que me preocupo por el mundo.
- Tenemos que hablar. Creo que
ya he encontrado lo que estaba buscando.
Y me lo tiré ayer.
- Te volviste a dejar el pintalabios.
- Desde luego, eres gilipollas.
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