sábado, 29 de diciembre de 2007

Ni más, ni menos

La oscuridad me rodeaba demientras que ya, no pensaba en nada. Después de tantos meses sólo, mi mente ya desconectó, simplemente para mantenerse vivo. Pero ¿acaso esto era vida?

Él solo había luchado por una vida mejor, cualquiera lo habría hecho... y pensar que ha eso lo llaman traición. No lo maté por la espalda, no lo sorprendí en un callejón oscuro mientras volvía a su lujosa mansión, ni tampoco mientras dormía. Yo sólo, me puse delante de él, le mire a los ojos, escuché sus últimas palabras.

"Tienes futuro chico... todos esos que se estaban muriendo junto a ti no valen ni la mitad que tú. Tú has sido el que de verdad ha tenido la valía para decirme lo que soy de verdad. No como todos esos malditos aduladores que tengo a mi lado, no sirven para nada. Si por mi fuera, los mandaría matar a todos, pero ya sabes, son hombres con mucho dinero. Dejame contarte una verdad, igual que tu me la has contado a mi. Es una verdad que ya sabes, pero que no quieres ver. Tú me has abierto los ojos, déjame abrirtelos a ti."

"En este mundo, no son los justos, los nobles ni las buenas personas las que sobreviven. Somos nosotros, la gente como tú y yo, que no le tenemos miedo a nadie. Nosotros nos arriesgamos para cambiar el mundo, para mejorarlo a nuestra forma, y lo conseguimos. Todos los que estaban contigo, muriendose de hambre, solo era por que querían. Si alguno de ellos hubiera venido a pedirme de pan, o leche, le habría matado. ¿Te parece que tengo cara de panadero, o de lechero? Sin embargo, llegas tú, y me exiges justicia. ¿Justicia? Te voy a contar la verdad que ya sabes. No hay justicia en el mundo, no por que halla hombres buenos y hombres malos, si no por que no hay justicia para todos. Quieres lo mismo que te estás quejando. Si hubiera "justicia" para tus amigos moribundos, no la habría para todos nosotros."

"Asi que recuerdalo chico, vive para ti, por ti, y de ti, y no intentes salvar a los que te rodean, no son ni la mitad de buenos que nosotros. ¿Que soy un hijo de la gran puta? Quizás, pero yo vivo, demientras que los otros sólo les queda orgullo que llevarse a la boca"

No fue rápido, ni lento. No fue menos de lo que merecia, ni más de lo que yo hubiera querido. Hubo dolor, pero no más que todo el placer que el mismo se daba. Esta vez, nada ni nadie pudo salvarlo.

"¿Que no hay justicia viejo? Si fuera cierto, no estaría aqui, pues yo soy la justicia, y vengo a equilibrar la balanza."

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Nosotros vivimos y ellos mueren

Llueve.

Hacía tanto que no llovía... en los días lluviosos, algo en mi aflora. Todo está triste, húmedo, como si la ciudad que tanto quiero se hubiera echado a llorar. Pero yo, sin embargo, estoy contento. Por que cuando llueve, todo el mundo tiene miedo de salir. Las calles sin refugio alguno de la lluvia se encuentran desiertas, salvo por unas cuantas personas, que corren sujetando un paraguas.

Las gotas caen sobre mi. En mi cara, en mi ropa... Puedo sentir cada parte de mi cuerpo, todas las partes que siempre están ahí, cumpliendo su función, pero que nunca las siento. A veces creo que solo llueve para que el ser humano recuerde su autentica condición, para que lavemos nuestros pecados, y nos dejemos llevar...

Pero ya no.

La tierra se seca, las plantas mueren y nosotros hemos de sufrir bajo la ira del dictador de oro. Siempre allí, inalcanzable. Cada día con mas fuerza, día tras día nos va matando poco a poco. La tierra, ya cruje y se parte ante nuestra presencia, incapaces de aguantar nuestras pisadas sin compasión.

Pero un día llegara el momento, en que compitamos contra el brillo del Sol. Lucharemos contra él, y por una vez, el ser humano demostrará que no necesita de Dios alguno para que se haga la luz eterna. Que la luz eterna, somos nosotros mismos, que no necesitamos el calor del Sol, ni el reflejo de la Luna, ni los consejos de las Estrellas, para poder vivir.

Y ese día, los hijos de la Luna, los herederos del Sol,los conquistadores de Marte, y los dueños de la Tierra, vivirán, ante lo que otros, han muerto.


martes, 25 de diciembre de 2007

Bosques de Sueños

Fui a los bosques, por que quería vivir a conciencia. Quería vivir intensamente y extraerle todo su jugo a la vida. Abandonar todo lo que no fuera vida, para no llegar a la muerte, descubriendo que no había vivido.

El Club de los Poetas Muertos

Inquebrantable

-¿Por que no viniste ayer?

-No pude... tenía mucho que hacer.

-Todos teniamos mucho que hacer, y fuimos.

-Ya ya, pero es que iba muy retrasada y no pude.

-Todos estabamos igual, o incluso peor que tú, y fuimos.

-No todos somos iguales

-Cierto, nosotros vamos peor que tú y fuimos.

-Hice lo que creí correcto, ¿vale?

-Pero dime, ¿fue lo correcto? ... Toma, sigues con nosotros, pero estarlo no es sólo decir que lo estás. Lo correcto no siempre es lo bueno para ti.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

La vida que nadie quiere

Aire...

Respiro...

Oigo el sonido de mi respiración, tranquila, profunda, enferma. Antes todo iba bien. Antes, tenía todo lo que un hombre podía desear. Antes, era importante para la gente. ¿Cómo he acabado aquí? Postrado en una cama, respirando a través de fríos metales, ya solamente soy un enfermo, uno más entre los que me rodean.

No, no soy uno más. Toda la gente que me quería, toda la gente que me apoyaba, todos aquellos a los que le importaba, todos, ya no están. Desaparecieron hace mucho tiempo, pero yo, no me di ni cuenta.

Mis tardes se consumen en esta habitación, cada vez más pequeña. Y solitarias, me recuerdan la triste verdad que se ocultaba tras mi vida. Mi maravillosa vida.

Ya sólo recuerdo mis antiguos momentos de gloria como cualquier otra estrella, demasiado vieja para seguir, demasiado débil para continuar. Mis manos, que en otro momento fueron aclamadas, perseguidas, envidiadas, ahora no son más que bastas extremidades gastadas, demasiado frágiles para siquiera poder coger un vaso.

Mi tiempo se consume, a la vez que mi cuerpo. El humo gris que me dio tan buenos momentos, vienen a cobrar el pago por todos ellos. Y él no se conforma con poca cosa.

Poco a poco, día a día, se acerca un poco más. Debería estar asustado, debería tener miedo he intentar escapar. Debería haber hecho tantas cosas... y las pocas que hice me han conducido a mi tumba vacía de flores, de tierra mojada por el rocío de almas que me deberían recordar.

Pero no me arrepiento. Quizás escogí mal, no lo niego. Pero escogí. Es la diferencia de todos aquellos viviendo vidas que no quieren, hablando de lo que no quieren, amando a quien no quieren. Quizás halla fallado a mucha gente, pero no me he fallado a mí.

Y el 18 de Diciembre de algún año, la vida que nadie quería vino a cobrarse su merecida recompensa...

Peso Muerto

Silencio.

No se oye nada más, sólo silencio.

Nada.

Ni el ruido, ni los gritos, ni el viento... Nada.

Sangro.

¿Por qué sangro?

Sólo sé que sangro

Me caigo.

Estoy tendido en el suelo. Hace frío, mucho frío. Sé que hace mucho frío. Pero no tengo frío... ¿por qué no tengo frío? Hay nieve, debería tener mucho frío...

Alguien me arrastra. No se quién es, pero alguien me arrastra. ¿Acaso alguien se preocupa por mi? Sólo soy un peso al que echarse encima. Herido, insensible y cansado. ¿Para que cargar conmigo?

Siento calor. Y también frío. Siento algo. Estoy llorando. Duele. Siento, y eso duele. Las heridas no duelen, los golpes tampoco. Sólo duele sentir. Nada más...

Y poco después, silencio, sólo silencio...

El Reflejo de un Ignorante

Cansado. No puedo explicarlo de otra manera. Simplemente, estoy cansado. Cansado de palabras bonitas que esconden verdades inquietantes. Cansado de verdades que esconden palabras menos bonitas. Cansado de imágenes ante un espejo, que sólo refleja lo que queremos. Cansado de un reflejo que es más importante, que todo lo que de verdad tenemos delante. Cansado, simplemente, cansado.

Es que... ¿hay otra manera de expresarlo con más certeza? Agotado, extenuado. Pero no, mis fuerzas aún no se han agotado, mi voluntad aun no está extenuada. Aún no, mas disminuye peligrosamente.

Mi fuerza... mi voluntad...¿todo ello para que sirve? ¿Con qué fin? ¿Para qué fin? Alguien dijo que lo único que no sabia era que no sabia nada. Y yo lo único que se, es que quiero saber el saber de las cosas. El dar una respuesta a tantos enigmas. Pero una respuesta que no sea, el reflejo del ignorante.

Todo el mundo se a enfrentado al reflejo del ignorante. Hay quién ha preferido ver el reflejo que este le ofrecía. Hay quién ha preferido no mirarlo, y aceptar el reflejo sin más. Hay tantas personas. Tantas y tantas, y cada una tan y tan diferente, a la vez que parecida. Pero el reflejo brilla y atrae a las personas temerosas de caerse. Temerosas de no poder caminar sólas, de necesitar palabras bonitas ante el espejo. Ante un espejo que te mira, y sabe lo que quiere, lo que necesitas. Lo que todos necesitan, pero que no todos quieren.

Por que no quieren palabras bonitas, que esconden verdades inquietantes. Sólo quieren la verdad. Y la verdad no es algo que se pueda encontrar en un sitio, claro que no. La verdad se encuentra dispersa en todo el mundo. Cada persona guarda un pequeñisimo fragmento de la verdad absoluta. Aquella que rige el mundo de los hombres. Pero esta verdad se ha fragmentado. Mucha gente a dejado de lado a otra mucha gente, para crear su verdad absoluta.

Pero, ¿para qué queremos la verdad absoluta? ¿Para poder decir a la gente qué hacer, si están equivocados, o si lo que hacen es correcto? Yo no quiero verdades absolutas, ni espejos, ni palabras bonitas. Yo solo quiero vivir, para no llegar a la muerte, sabiendo que no he vivido.

Simplemente, Carpe Diem